l cuerpo de un hombre ejecutado fue encontrado en avanzado estado de descomposición cerca de la carretera Pénjamo-Tierras Negras en una zona conocida como La Cuesta. El cadáver presentaba un impacto de bala en la cabeza, además, huellas en las muñecas como si hubiese estado atado.
Agentes investigadores especializados en homicidios comenzaron con las investigaciones a fin de establecer la identidad de los responsables y los motivos para el asesinato del penjamense.
Poco antes de las 9 de la mañana de ayer, una mujer que llamó al sistema municipal de emergencias 066 de manera anónima, informó del hallazgo de un cuerpo en avanzado estado de descomposición a unos 30 metros de la carretera de terracería que conduce a la comunidad de Tierras Negras, sobre la falda del cerro de La Cuesta, frente a la zona conocida como La Encinera.
El cadáver se encontraba entre una densa maleza, en una zona no visible desde el camino y en una zona accidentada de difícil acceso, en especial, porque a menos de 15 metros se ubica un pequeño barranco.
La persona asesinada fue identificada por sus familiares como Leobardo Navarro Ibarra, “El Leobas”, de aproximadamente 40 años de edad, con domicilio en la calle Leona Vicario número 15 de la colonia El Huarapo, aunque, además señalaron que también vivía sobre la calle Pípila de la misma colonia.
Familiares de Leobardo habrían interpuesto una denuncia ante las autoridades ministeriales por su desaparición, vestía una playera de color verde con un pantalón oscuro, ropas que coincidieron con las vestimentas del cuerpo encontrado en el acceso a la Sierra de Pénjamo.
Personal pericial localizó dos zapatos deportivos de color negro con vivos en rojo, los cuales, podrían ser de la víctima. Se cree que Leobardo fue arrastrado hasta el sitio donde encontraron su cadáver, especialmente porque el calzado estaba a casi 10 metros de distancia del cuerpo.
Incluso, el 17 de noviembre y a través de las redes sociales, familiares solicitaron el apoyo de la comunidad para encontrar a Leobardo Navarro Ibarra, quien había salido de su domicilio y nunca más lo volvieron a ver con vida.
Al lugar fueron movilizados elementos de la Policía Municipal, Fuerzas de Seguridad del Estado, Policías Ministeriales y Peritos de la Procuraduría General de Justicia del Estado.
Tras acordonar la zona, agentes especializados en prácticas periciales encontraron un impacto de bala en el costado izquierdo de la cabeza, información que fue confirmada por la Subprocuraduría General de Justicia de la Región B en Irapuato.
Además, a simple vista se le apreciaban al cuerpo marcas en las muñecas, posibles huellas de ataduras antes de ser ejecutado.
En el lugar del hallazgo, peritos buscaron con ayuda de un detector de metales alguna ojiva de bala o un casquillo percutido, pues se cree que fue asesinado en el lugar donde encontraron el cuerpo.
El cadáver fue trasladado al Servicio Médico Forense de Irapuato para la necropsia de ley en la búsqueda de elementos que ayuden a identificar a los responsables del homicidio, se cree que el occiso tenía más de una semana de haber sido asesinado por el avanzado estado de descomposición en que se encontraba el cuerpo.

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