Una participación ciudadana implica reconocerse como habitante de un lugar común, entender que lo que afecta a unos, afecta al resto e implica también replantear la responsabilidad social que se tiene de participar en decisiones importantes de la nación.
Jesús Silva-Herzog Márquez, hizo ayer un llamado a la reflexión a quienes asistieron a su ponencia “Democracia y Transparencia”, que cerró el Foro de Participación Ciudadana.
Como sociedad se debe exigir al sistema democrático un Congreso fuerte y partidos políticos serios; lo que hace falta -convocó el investigador- es reflexionar sobre la condición política y la participación ciudadana.
“La política encuentra su orgullo principal en frustrar los proyectos del político de enfrente… en México lo que se ha tenido han sido Presidentes de minoría”.
La imposibilidad que tienen los mexicanos de reelegir a sus legisladores y presidentes municipales que hacen bien su trabajo, es visto como algo anormal por sociedades de otros países.
“La gente no puede ratificar su apoyo si hacen bien su desempeño o castigarlo si lo hace mal… es una anomalía bajo cualquier criterio de un sistema democrático”, concluyó el licenciado en Derecho por la UNAM.
Silva-Herzog Márquez invitó a los asistentes a lograr un cambio para dar inicio a una etapa positiva en la vida política de México.
“Una sociedad democrática tiene energía, porque toma las cosas de la sociedad en sus manos… lo que pasa en el barrio de al lado, en la ciudad de al lado, en el estado vecino, es el anticipo de lo que puede pasarnos a nosotros en cualquier momento”, afirmó el investigador.
México no ha podido avanzar en el proceso de limpiar su vida pública, ha sido ese el gran fracaso de la democracia mexicana, dijo el conferencista.
La inseguridad y la corrupción son lastres del crecimiento económico del País, y lo que ha pasado a través del tiempo es que se han democratizado los agentes corruptores; pues, haciendo referencia a los gobiernos priístas, Silva-Herzog resumió que la corrupción no era parte desagradable del sistema, sino que representaba en sí todo el sistema.
Al acercarse el cierre de 2013 se percibe un sentimiento de descontento, aseguró el también maestro en Ciencias Políticas.
Ese proceso de decepción llama a reflexionar que se debe exigir más a las autoridades, pues se tiene que atender la insatisfacción que hay con el régimen político desde hace 15 años.

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