Casarse a los veintitantos, tener hijos, una camioneta y un perro pudo ser el sueño de las mujeres de generaciones pasadas, pero hoy muchas profesionistas que sobrepasan los 30 ya no encajan en ese modelo y eso no significa que se les haya ido el tren.
Es urgente desterrar los modelos arcaicos de las relaciones humanas, al menos ésa es la hipótesis que Juana Inés Dehesa sostiene en su libro “Treintona, Soltera y Fantástica”. Luego de quedarse sin novio pasados los 30, la autora vivió un proceso en el que primero pensó que sólo era cuestión de salir a la calle para que un hombre magnífico la descubriera, después se dio cuenta de que era más complicado que eso.
No es que los hombres no puedan tener una relación amorosa con una mujer exitosa, dice, el problema puede ser que esa mujer tal vez no tiene claro lo que quiere o no sabe cómo expresarlo.
“Hemos sido injustas, hemos esperado que los hombres hagan todo y no les hemos dicho qué queremos que hagan; hemos esperado que ganen en un juego en el que ni siquiera les hemos dicho que están participando, nada más les avisamos cuando ya perdieron”, reflexiona.
La escritora sostiene que si la soltería regresa pasados los 30, lo primero que hay que hacer es relajarse, borrar de la mente el personaje tenebroso de “la quedada” y responder una pregunta primordial: ¿qué es lo que o quiero?.
Antes de salir al cine, a cenar o a tomar café, dice, cada mujer debe tener claro para qué quiere una pareja. “De repente te encuentras pensando que no quieres a alguien que te mantenga, aunque no estaría mal”, bromea.
Sobre el famoso reloj biológico y la edad límite para tener hijos, Juana Inés considera que esto pone a las mujeres en desventaja sólo si ellas lo permiten.
“Yo no voy correteando hombres como sí he visto que hacen algunas mujeres con la urgencia de tener un hijo, pero entiendo que hay a quien sí le sucede. Lo que yo planteo es: ‘soluciónalo, derriba los mitos y los estigmas, infórmate y toma una decisión responsable, es totalmente personal, nadie más puede opinar sobre eso'”.
Con sentido del humor y con sarcasmo en la mayoría de sus frases, reconoce que su soltería fue un proceso difícil.
“Fue muy arduo, muy largo, de muchos sábados sola en la noche, de muchas primeras citas, de muchas conversaciones, de cantidades navegables de cerveza con mis amigos; y de pronto empecé a pensar que era una experiencia divertida para contarla”, dice.
ASÍ LO DIJO
“No quieres a alguien que se encargue de si prenden los focos o no, tal vez quieres a alguien con quien compartir, un cómplice, un compañero; lo que yo digo en el libro es que todo eso ya no está preestablecido como antes cuando los hombres eran simplemente los proveedores y listo”.
Juana Inés Dehesa, escritora.