Aunque aún falta mucho por hacer en el tema del bullying, especialistas sociales señalan que una vez que se detecta un caso, éste tiene que tener un tratamiento psicológico, dependiendo del daño de la persona que lo haya sufrido, pues de lo contrario las secuelas de los ataques emocionales podrían afectar toda la vida de un niño, un joven o hasta un adulto.
Recientemente nombrado como bullying los ataques emocionales y hasta físicos que se han generado, sobre todo entre los jóvenes, no son algo nuevo, pero hasta ahora y ante el incremento de suicidios que se han padecido a causa de este problema, es que se buscan ya soluciones para frenar sus efectos, así como el fenómeno en sí, mismo que de no ser tratado la persona queda con secuelas de por vida.
El sociólogo y catedrático de la Universidad de Guanajuato, Ricardo Contreras Soto, informó que cualquier malestar físico o emocional no tratado, crece y es como un “tornado” que va de menor a mayor grado “hasta provocar una tormenta”.
Una vez detectado el problema, ponerle fin no basta, sino que se tiene que dar un tratamiento completo y psicológico en muchos de los casos.
“Esto del maltrato emocional se ha dado desde hace siglos, nuestro entorno social y mediante todas las campañas mediáticas o hasta de entretenimiento, han sugerido que las burlas en contra de alguien más son algo normal entre las personas, pero desconocemos el grado de daño que hacen, ya en el aspecto individual de quienes las padecen”, dijo.
En el trabajo
Aunque el llamado bullying se dé sobre todo en entornos escolares, esto sucede también dentro del ambiente laboral o hasta familiar, de manera directa o indirecta.
“Creemos que es un problema sólo de los jóvenes y aunque tiene su auge a ciertas edades, la verdad es que estos ataques pueden perdurar, incluso en el trabajo o lo que es peor, dentro de la misma familia, muchas veces relegamos o hacemos distinción, en el caso de los hijos con los padres y viceversa, indirectamente podemos lastimar, indirectamente podemos padecer de sus efectos”, agregó el antropólogo social.
Estudios recientes hechos en diversas universidades de México y el extranjero se ha determinado que existen diferentes tipos de bullying:
Físico: golpes, empujones o incluso organizar una paliza para el acosado. Exclusión. Social: Cuando se ignora, se aísla y se excluye al otro. Verbal: Insultos, menosprecios en público para poner en evidencia al débil. Psicológico: En este caso existe una persecución, intimidación, tiranía, chantaje, manipulación y amenazas al otro. Sexual: Cuando se presenta un asedio, inducción o abuso sexual.
Hereditario
De acuerdo a la opinión de la especialista, Lorenia Herrera, psicóloga clínica con maestría en Desarrollo Humano, señaló que el bullying se convierte en algo “hereditario” y quienes lo padecieron en determinada etapa de su vida pueden pasar de ser víctimas a ser victimarios y de alguna forma tomar venganza con otros por lo que ellos padecieron.
“Este es un tema muy amplio, las personas que lo padecen crecen con inseguridad, depende mucho si fue algo circunstancial, de una sola etapa o si lo padeció durante mucho tiempo.
“Con el tiempo y en caso de no ser atendido este padecimiento puede ocasionar que las personas atacadas se vuelvan victimarios, empezar a atacar también a otras personas, similares a ella misma”, dijo.
La especialista informó que los efectos son muchos y muy variados, van desde la deserción escolar, la fuga geográfica o en casos extremos con el suicidio de la persona.
“Tiene que ver con los mismos antecedentes de las personas, hay muchas personas que desde pequeños viven tanta violencia que creen que ya es parte normal de la vida, cuando esto puede deformar seriamente las aspiraciones, deseos, en sí todo el futuro de una víctima del bullying”, agregó.
Depresión y desesperanza son los aspectos de alto riesgo que pueden llevar al suicidio.
Las personas a menudo tienen la impresión de que el bullying es un comportamiento que sólo ocurre entre los chicos y que conforme las personas avanzan hacia la madurez esta clase de problemas se dejan atrás. Por desgracia eso no es cierto, cualquier adulto es capaz de ejercer técnicas de presión sobre otras personas de la misma manera en que lo hace un “bully”, cuando es un niño o adolescente en la escuela.
Los especialistas recomiendan que si se sospecha que algún familiar o conocido son víctimas de bullying, es urgente poner un alto al abuso y buscar ayuda profesional.

El problema no es nuevo

María del Carmen R. tiene 56 años de edad, desde la secundaria, y tras las burlas de sus compañeras derivadas de un problema físico que padeció, ha vivido en depresión.
“Viví en depresión durante muchos años de mi vida, hasta ahora y tras decidirme a que la ayuda psicológica no es para enfermos mentales o locos, como lo creemos muchos, es que estoy recibiendo ayuda.
“En esas pláticas de terapia que he tenido entendí por qué viví tanto tiempo con temor, de lo que la gente pudiera decir de mí, por mi apariencia, cuando terminé esas etapas en la escuela la burla terminó, pero el dolor y el sufrimiento que me ocasionaron lo cargué durante mucho tiempo, pensé que lo había superado desde hace mucho, pero no…”, dijo.
El daño puede llevar al suicidio, Alejandro Patiño llegó a pensar en quitarse la vida.
“Tenía 13 años… es de esas cosas que no olvidaré, a pesar que tuve ayuda profesional: Abiertamente homosexual desde mis años de secundaria he sufrido constantes situaciones de discriminación, pero cuando estuve en la secundaria, un grupo de niños de mi edad llegaron a mi lugar una tarde de octubre, en una esquina del salón me acorralaron y todos me escupieron en la cara y me dijeron, ‘Eso te pasa por maricón’”, compartió Alejandro, quien actualmente a sus 27 años de edad aún necesita de esa ayuda profesional. Agregó que más de una vez pensó en el suicidio, pero -dijo- “una salida fácil y cobarde como esa no va conmigo”.

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