Pocas cosas podrían dañar tanto la imagen de Brasil como las posibles protestas callejeras durante el Mundial.
Las protestas durante la Copa Confederaciones realizada en junio tomaron con la guardia baja a la policía brasileña, incluida la militar. Tras ese torneo, que constituye una suerte de ensayo para el Mundial, no debe haber sorpresas ahora.
La policía brasileña está recibiendo entrenamiento impartido por autoridades francesas, y los seguidores del movimiento anarquista Black Bloc han anunciado planes para realizar protestas a partir del partido inaugural de la Copa del Mundo, previsto para el 12 de junio en Sao Paulo. Una página de esa organización en Facebook enumera protestas previstas para el 13 de junio en Natal, Salvador y Cuiaba, seguidas por seis manifestaciones más en ciudades distintas, el 14 y 15.
Y podrían organizarse otros actos.
La seguridad está en la agenda, de cara al sorteo que realiza la FIFA el viernes para definir los grupos en que se dividirán las selecciones para disputar el Mundial.
En su momento más candente, un millón de personas tomaron las calles de Brasil en un solo día durante la Confederaciones. Originalmente, se quejaron por las altas tarifas de los autobuses, la corrupción y los deficientes servicios públicos. Luego, se ampliaron para condenar la erogación de miles de millones de dólares en el Mundial y en los Juegos Olímpicos de 2016.
Al menos seis personas murieron en relación con las protestas.
“No habrá Copa del Mundo”, fue una de las consignas más coreadas por el movimiento masivo.
Las protestas han continuado. Se han vuelto menos frecuentes pero más violentas, y las autoridades deben prepararse incluso si no se materializan las advertencias de realizar manifestaciones.
El secretario general de la FIFA, Jerome Valcke, dijo recientemente que el Mundial podría tener “el mayor nivel de seguridad que uno pudiera imaginarse”, a fin de impedir cualquier acto de violencia.
Se realizan esfuerzos para mejorar la imagen de la policía militar de Brasil, cuya presencia al patrullar las calles con equipamiento blindado y ligero podría resultar amenazadora para algunos visitantes. Los agentes han recibido nuevos uniformes, incluidas boinas, y han tomado lecciones para manejar disturbios sociales de la mejor manera.
Muchos están ya visibles en lugares emblemáticos, como la playa de Copacabana.
Los entrenadores policiales franceses estuvieron en Brasil el mes pasado, y su influencia resulta evidente.
“Brasil tiene experiencia, dado que lidia con asuntos de seguridad, principalmente en las favelas, pero la forma en que se trabaja ahí es diferente a la manera de operar en grandes sucesos”, dijo el capitán Jean Louis Sanche, miembro de la fuerza policial francesa de elite CRS. “Hay una gran diferencia en la forma en que uno emplea los recursos. Estamos aquí para transmitir ese conocimiento sobre la manera de hacer las cosas”.
Marcos Palermo, un policía militar brasileño, dice que aprovechó el entrenamiento.
“Definitivamente esto se usará durante el Mundial, en el que se anticipan grandes protestas. Estamos preparándonos con la debida anticipación”, dijo Palermo.

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