Se quedan sin trabajo, necesitan aumentar la capacidad de producción o son de un municipio y se van a otro porque la renta es más económica, son parte de las razonas por las que la gente está accediendo a solicitar respaldo económico en el programa Apoyos Productivos de Gobierno del Estado.
Reyes Márquez Ramírez y Ana Lilia Gómez Hernández, son ciudadanos de Purísima, hace siete meses se dedican a producir pizzas, y aunque a ella le gusta la cocina y el sabor con que le queda la comida, no fue la causa que dio origen a convertirse en comerciantes, pues ella antes trabajaba en el zapato eso hace ya tiempo, actualmente nada más estaba como ama de casa (donde el trabajo es todo el día y suficiente) y él estaba como empleado en una joyería.
Pero, problemas que nunca faltan, y a decir verdad, lo más conveniente era alejarse de problemas mayores y salir lo mejor posible del empleo, fue hace siete meses que Reyes Márquez Ramírez, se quedó su trabajo, entonces comenzaron a complacer el paladar de clientes que buscaban una pizza distinta.
Desde entonces se acercaron a Desarrollo Económico en Purísima, en busca del respaldo. Nunca pensaron que fuera a tardar tanto tiempo (siete meses), “pero la espera valió la pena”, pues ahora recibieron el horno especial para producir la comida, más especial aún, pues le están agregando el toque de más calidad para clientes consentidos, dicen.
Al principio fueron y se apuntaron, llenaron los papeles que les indicaron, y luego les dijeron que esperaran una llamada, si les hablaban era casi seguro que sería para informar que fueron aceptados, y sí al poco tiempo llamaron que sí habíamos calificado, pero había que esperar.
Ahora la familia está en el negocio, el niño mayor, de 12 años les ayuda a hacer la entrega a domicilio, y aunque de pronto los hijos se aburren de estar todo el día a la espera, el negocio “ahí va avanzando”.
El horno no se los van a cobrar, saben que tiene un costo de casi 47 mil pesos, pero no se los van a cobrar, la única condición es que se emplee para la función por la que fue gestionado, y que se cuide y garantice su servicio durante un año mínimo.
Por su parte Aldo Rangel Salazar, socio mayoritario en la producción de balones en Manuel Doblado, contó cuánta falta le hacía la máquina cortadora que le apoyó en adquirir Gobierno del Estado, y es que hasta ahora el corte del balón lo habían hecho sólo con equipo manual.
Hasta ahora estaban produciendo de 100 a 150 balones a la semana, en tanto con la máquina la visión es que se pueda duplicar la actividad.
Tiene trabajando en este negocio de 3 a 4 años, y la producción la distribuye en Manuel Doblado, Purísima y San Francisco principalmente, pero hasta ahora se acercó en busca del beneficio del proyecto, el trámite tardó cerca de 6 meses, y consideró que es tiempo válido en lo que revisan el proyecto que cada quien presenta y confirman que efectivamente se trabaje en ello.

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