El gobierno de la provincia argentina de Córdoba anunció el miércoles que acordó un aumento salarial con los policías en huelga lo que, según afirmó, permitirá restablecer la seguridad en la capital del distrito tras la ola de saqueos a supermercados, comercios y viviendas, que causó al menos un muerto y 60 heridos.
José Manuel de la Sota, gobernador de la provincia, dijo en rueda de prensa que las autoridades firmaron el acuerdo con abogado que representa al cuerpo de los agentes policiales. “Quiero transmitir a los cordobeses la tranquilidad que a partir de este momento la policía vuelve a estar al servicio…para perseguir a todos los delincuentes y saqueadores”, sostuvo.
El funcionario subrayó que en la ciudad de Córdoba, 700 kilómetros al noroeste de Buenos Aires, “no hubo un estallido social, operaron bandas de delincuentes organizados que aprovecharon la ausencia policial”. Asimismo, anunció que solicitará a los medios de comunicación las filmaciones “de todos los saqueos y destrozos producidos por estos malvivientes, para que la justicia pueda instruir causas en contra de cada uno de ellos y que ninguno quede impune”.
Miguel Ortiz, abogado de los policías, confirmó por su parte la consecución del acuerdo salarial. Medios de prensa señalaron que, sin embargo, un sector reducido de policías no está de acuerdo con el aumento pactado, de unos 2.000 pesos mensuales (322 dólares). Ello supondría, según el jefe de gabinete cordobés, Oscar González, que los agentes percibirán en mano, -teniendo en cuenta el sueldo básico y los “adicionales por distintas tareas”- más de 10.000 pesos (más de 1.612 dólares) al mes.
Una vez conocidos los detalles del acuerdo, cientos de policías acuartelados estallaron en un aplauso. Uniformados que no se identificaron dijeron a canales de televisión que el acuerdo es “histórico” y pidieron perdón a los cordobeses por la situación. Los agentes comenzaron a patrullar las calles nuevamente, informaron varios medios de prensa.
El miércoles temprano se produjeron saqueos a algunos negocios, pero de forma muy aislada. Por los incidentes que comenzaron de forma masiva el martes por la noche las autoridades decidieron suspender el miércoles las actividades administrativas en la ciudad, y los colegios y los bancos permanecían cerrados. Vecinos instalaron barricadas armadas para custodiar armados sus viviendas, según reportan distintos medios.
La represión de los asaltantes corrió por cuenta de un cuerpo de elite de la policía y personal superior.
El gobernador cordobés también criticó al gobierno de la presidenta Cristina Fernández, con el que está enfrenado, la falta de ayuda para poner orden en las calles.
“Es como si tuviésemos que quemar nuestro documento de identidad porque hay algunos que no nos consideran parte de la República argentina”, dijo De la Sota, quien pertenece a un sector del peronismo disidente con el que encabeza la presidenta.
El gobernador fue criticado a su vez por el jefe de gabinete nacional, Jorge Capitanich, quien afirmó que el gobierno monitorea la situación pero que ésta es una “cuestión exclusiva y excluyente” de ese distrito.
“Es muy fácil gobernar transfiriendo responsabilidad a otros”, afirmó Capitanich, que negó haber recibido una llamada telefónica de De la Sota solicitándole ayuda. Sus dichos fueron criticados por políticos de la oposición, que reclamaron ayuda inmediata para la provincia.
El secretario de Seguridad, Sergio Berni, en expresa crítica al gobernador afirmó que el conflicto de la policía de Córdoba no es sólo salarial, sino también político, y sostuvo que el acuartelamiento “no fue un accidente de la naturaleza (sino) algo que se sabía que iba a suceder. Berni acusó al gobernador de esperar “hasta último momento” para reclamar refuerzos, a la vez que calificó de “payasada” que el mandatario haya enviado un “pedido de auxilio por Twitter a las 4 de la mañana”.
En tanto, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, dijo que De la Sota intentó victimizarse.
El gobernador “miente, porque desde el gobierno nacional siempre estamos abiertos al diálogo, y ningún funcionario de la provincia se comunicó ayer ni con el Ministerio del Interior, ni con la Jefatura de Gabinete de Ministros”, dijo Randazzo.
El fallecido en los saqueos en Córdoba es un joven que recibió un disparo de bala en el tórax, al parecer cuando estaba transitando en moto por la ciudad, dijo al canal Todo Noticias Daniel Mercado, director del Hospital San Roque.
Mientras la situación parecía normalizarse en Córdoba, se conoció que unas 50 personas intentaron saquear en la madrugada del miércoles un supermercado en la localidad bonaerense de Glew, 30 kilómetros al sur de Buenos Aires, y que el dueño, un ciudadano chino, intentó resistirse a tiros y murió por el incendio del comercio provocado por los atacantes. Varias personas fueron detenidas.
“Fue un saqueo… al hacernos presentes nos encontramos con el local prendido en fuego y luego de sofocarlo nos encontramos con el ciudadano chino fallecido”, dijo a Radio La Red César Orlando Mateo, oficial principal de los Bomberos Voluntarios de Glew.
En Argentina el año pasado se produjeron asaltos a negocios en varias ciudades populosas, que las autoridades atribuyeron a delincuentes más que a problemas sociales.

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