Tiene Parroquia de San Francisco Javier nueva monarca

En el marco de las Fiestas Patronales de la Parroquia de San Francisco Javier, en la colonia Lomas del Valle, imperó la ‘buena vibra’ juvenil de todos los grupos parroquiales que conforman la nueva comunidad eclesial ‘del barrio’, como ellos mismos decían.
En la celebración no sólo predominó la belleza de las candidatas a ‘Reina’, también hubo una exhibición de cualidades artísticas y una ronda de preguntas, ante las cuales contestaron las candidatas con determinación y lucidez.
Las 3 candidatas fueron Guadalupe Abundez, de 16 años, Valeria Lizbeth Porras Rosales, de 15 años, y Karla Aracely Espino Collazo, de 14 años, quien al final obtuvo el título de Reina como ‘Su graciosa majestad Karla I’. Las candidatas bailaron danza folklórica, música popular y cantaron baladas obteniendo la aprobación y el gusto del público, el cual no dejó de animar y ‘echar porras’ a las tres jóvenes bellezas.
En los presentadores Mavio Ramírez Trejo y Yanin Santoyo también hubo energía y talento artístico, pues la también joven conductora, miembro de la comunidad eclesial de la Parroquia demostró su capacidad escénica bailando música flamenca de manera elegante y altiva.
Previo a la ceremonia de coronación y para cerrar el espectáculo artístico, Susana Guzmán y Ricardo Jaramillo, licenciados de la ‘Universidad de Artes de Aguascalientes’ bailaron ‘El Zopilote’ y ‘El Son de la Negra’, piezas folklóricas tradicionales. La danza se ejecutó con firmeza, pulcritud y sensibilidad.
Para cerrar el evento se realizó la ceremonia de coronación en medio del bullicio de ‘los chavos’ de la Parroquia. Después el párroco de la comunidad; el ‘Padre Gabriel’ como le coreaban los chicos, anunció la cantidad recaudada en el concurso a Reina de las fiestas patronales y dio el nombre de la representante Parroquial para el próximo año.
La celebración estuvo amenizada con banda y música en vivo, así como una kermesse organizada por los parroquianos. El evento se encumbró con fuegos artificiales que iluminaron el gélido cielo decembrino en honor al Santo Jesuita.