A partir de su lucha contra la segregación racial en Sudáfrica, Nelson Mandela se convirtió en un símbolo global contra la opresión. “He buscado el ideal de una sociedad democrática y libre en donde todos vivan juntos en armonía y con igualdad de oportunidades”, dijo.
Nelson Mandela, el ícono de la lucha contra el apartheid, falleció a los 95 años en su casa en Johannesburgo vencido por una larga afección pulmonar, despertando una oleada de muestras de afecto y respeto en todo el mundo.
Pese a que su salud había estado muy frágil por casi un año, el anuncio del presidente sudafricano Jacob Zuma de su muerte sacudió a Sudáfrica.
Nelson Rolihlahla Mandela, conocido por el clan thembu como “Madiba”, será recordado como el padre de la Sudáfrica libre y una figura en la lucha por la dignidad humana a través del diálogo.
“Es un héroe (…). Cuando piensas en una persona capaz de personificar el tipo de liderazgo al que todos aspiramos, el primer nombre que surge es el de Nelson Mandela”, declaró recientemente el presidente de EU, Barack Obama.
Nacido el 18 de julio de 1918 en Mvezo, hijo del consejero principal de la casa real del pueblo thembu, creció soñando en cambiar un país sofocado por un sistema basado en la supremacía de la minoría blanca sobre la mayoría negra.
“He luchado contra la dominación blanca y he luchado contra la dominación negra. He buscado el ideal de una sociedad democrática y libre en donde todos vivan juntos en armonía y con igualdad de oportunidades.
“Es un ideal que espero poder vivir y lograr. Pero si es necesario, es un ideal por el cual estoy dispuesto a morir”, dijo al iniciar su encarcelamiento de 27 años.
Abogado por la Universidad de Witwatersrand, fue un incómodo del sistema en sus años de activista estudiantil.
Casado tres veces y víctima de escándalos y tragedias familiares, como la muerte de tres hijos, rompió el molde de otros líderes africanos negándose a perpetuarse en el poder. Entregó la Presidencia, en 1999. Luego se convirtió en un político de clase mundial y trabajó contra el racismo más allá de las fronteras sudafricanas y contra el SIDA.
Sus últimos años los pasó en su residencia en Qunu, al sureste del país, y su última aparición en público fue en la clausura del Mundial de Futbol de Sudáfrica, en julio de 2010.

La visita de Mandela a México

En julio de 1991, el ex presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, visitó la Ciudad de México y sostuvo reuniones con varios políticos mexicanos.

En su visita, “Madiba” fue recibido en la residencia de Los Pinos por Carlos Salinas de Gortari y habló de sus objetivos de combate al racismo.
En la sala de cabildos del Departamento de Distrito Federal el entonces regente capitalino, Manuel Camacho Solís, entregó las llaves de la Ciudad de México al premio Nobel de la Paz.
También visitó a diputados federales en las instalaciones del Centro Médico, que fungía como sede alterna al recinto legislativo. Ahí fue recibido por los legisladores Roberto Jaramillo, Jesús Rodríguez y Jaime Hernández.
En octubre de 2013, el Servicio Postal emitió un timbre dedicado a Mandela para destacar la figura del líder y celebrar 20 años de relaciones diplomáticas entre México y Sudáfrica.

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