El luto por Nelson Mandela y la alegría de la música brasileña contrastaron este viernes en el sorteo que determinará los grupos para el Mundial del año próximo en Brasil. Pero en el ambiente, flotaba también la expectación por la forma en que se configurarán los encuentros del máximo suceso futbolístico del orbe.
En el comienzo de la ceremonia, las pantallas en la sede del sorteo en este balneario brasileño mostraron imágenes de Mandela, con cuyo deceso ocurrido la víspera, perdió a su líder emblemático la nación que fue sede del Mundial anterior.
Luego, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, convocó a un minuto de silencio en memoria del líder en la lucha contra la segregación racial en Sudáfrica. Por la mañana, Blatter , consideró “una señal celestial” el hecho de Mandela haya fallecido justo antes del sorteo para la edición siguiente de esta justa.
“Es una señal, una gran señal celestial, el hecho de que él fallezca en el momento en que comienza una nueva Copa del Mundo. Y él dijo en aquella época (el Mundial de Sudáfrica), ‘vamos a celebrar la humanidad mediante el futbol”’, expresó Blatter este viernes a la prensa. “Así que celebremos la humanidad mediante el futbol y celebremos a Nelson Mandela, y todo lo que ha hecho en su vida y en nuestro mundo”.
En la ceremonia, Blatter hizo algo parecido. Con un grito, después del solemne silencio, llamó a todos a concentrarse en el juego.
Fernanda Lima y Rodrigo Hilbert, quienes están casados y son presentadores de la televisión nacional, dieron comienzo a la ceremonia, que cuenta también con la presentación de varias estrellas de la música brasileña.
Ambos convocaron al escenario a Blatter y a la presidenta brasileña Dilma Rousseff, quienes sonrieron juntos. Por un momento, pareció atrás la tensión entre los organizadores del Mundial y la FIFA ante el atraso en la entrega de por lo menos tres estadios que serán sede.
“El futbol está en el corazón de todos y cada uno de los brasileños”, dijo Rousseff, quien vaticinó que “esta copa será la mejor de todas”.
Blatter también confió en el éxito del Mundial e hizo un exhorto a la unidad.
“Convoco a todo el mundo se una por favor a todos, porque este deporte es para ustedes”, señaló.
Eran perceptibles las mayores medidas de seguridad. El circuito que pasa entre los distintos hoteles de este complejo estaba lleno de vehículos policiales y militares, una presencia mucho mayor a la observada en los días anteriores. En el vestíbulo del hotel donde se instaló el centro de prensa, se colocaron vallas metálicas, que no estaban la víspera, para controlar de manera más segura el acceso de los visitantes.
Luego, esas vallas se fueron extendiendo, para tender un camino infranqueable hasta la gran carpa donde se realiza el sorteo.
Y el sol, que había lucido radiante desde el comienzo de la semana, quedó parcialmente oculto por las nubes. En tanto, las distintas selecciones participantes en el Mundial, esperaban que no se les nuble también su esperanza durante el sorteo.
Unos 1.300 invitados y 2.000 periodistas han concurrido a Costa do Sauipe, frente al Atlántico, para atestiguar de primera mano el sorteo.
La mecánica del sorteo es más bien simple.
Los 32 equipos estarán colocados en cuatro bombos distintos. Durante décadas, el organismo colocó papeles en un sombrero para sortear los grupos, pero una fórmula tan rudimentaria parece ahora lejanísima al espectáculo de la FIFA.
Así que los sorteos se fueron convirtiendo en una atracción cada vez más ornamentada desde que el primero se transmitió por televisión, para el Mundial de Inglaterra de 1966.
La FIFA y las autoridades brasileñas informaron que se han erogado unos 11 millones de dólares en la organización de este sorteo. La cifra incluye la construcción de la carpa, tan grande como un edificio de unos cinco pisos y tan larga como una cancha de fútbol, donde se menearán las tómbolas.

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