Después de 2 años de espera, la incertidumbre terminó para la familia Linares: ayer llegaron los restos de dos de sus integrantes.
Ambos fueron asesinados camino a la frontera y enterrados en una fosa de San Fernando, Tamaulipas.
A las 10 de la mañana los familiares y amigos de Jaime Linares Murillo, de 32 años, y de su primo Jorge Aguilar Linares, de 35, se reunieron en Villagrán acompañados del alcalde de ese municipio, Rubén Villafuerte Gasca.
“Fue una lucha andar buscando en todas partes porque no sabíamos si ya habían muerto o dónde estaban. La angustia de su mujer y pues de uno como padre… aunque la tristeza sigue estamos por una parte tranquilos de que estén aquí, en su casa”, dijo Consuelo Linares.
Al llegar a la comunidad los ataúdes de Jorge y Jaime fueron llevados a una capilla, y hoy serán sepultados.
El 15 de septiembre de 2011 Jaime salió de casa con cuatro familiares.
“Ese día mi hermano me dijo que se iba para buscar una mejor vida. Los fuimos a dejar a la Central de Autobuses de Celaya, sólo nos comentaron que los iba a pasar un “coyote” pero no sabemos quién era o dónde los esperaba”, dijo María Linares.
Por falta de trabajo en su tierra el joven dejó a su esposa y a su hijo.
María comentó que uno de los migrantes que viajaba en el mismo camión que su hermano dijo que en el kilómetro 87 de la carretera a San Fernando unas personas armadas detuvieron el camión y bajaron a los pasajeros.
Tiempo después se descubrieron decenas de cuerpos en fosas en Tamaulipas, entre ellos los de los guanajuatenses.
“Les tocó la de malas. Los agarraron y los mataron. Hasta hoy (ayer) supimos que los habíamos encontrado”, agregó.

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