El pueblo de Sudáfrica reaccionó el viernes con profunda tristeza ante la pérdida de un hombre a quien muchos consideran el padre de la nación, celebrando los logros del líder antisegregacionista que salió de prisión para convertirse en el primer presidente negro del país.

Las banderas ondeaban a media asta y personas de todas las razas y clases sociales —en barriadas pobres, suburbios acaudalados y las vastas zonas rurales — conmemoraron al fallecido líder con canciones, lágrimas y oraciones.

Sudafricanos de todo tipo prometieron honrar los valores de unidad y democracia que él representó.

El presidente Jacob Zuma dijo el viernes que Mandela será enterrado el 15 de diciembre. Se realizará un servicio fúnebre el martes 10. El cuerpo permanecerá en capilla ardiente en los edificios del gobierno en Pretoria desde el 11 de diciembre hasta el entierro.

El domingo próximo será un día nacional de oración y reflexión, dijo Zuma, quien además agradeció los mensajes de condolencias enviados desde todo el mundo.

El gobierno preparaba ceremonias fúnebres que van a contar con la presencia de gobernantes y dignatarios del mundo. Las autoridades no han anunciado aún el calendario detallado del período de duelo, que se prevé durará más de una semana.

Horas después del fallecimiento el jueves por la noche, un vehículo con el ataúd del líder antiapartheid, cubierto con la bandera sudafricana, se alejó de la casa de Mandela tras la medianoche, escoltado por una caravana de motocicletas militares, para llevar el cuerpo a una morgue en Pretoria.

Muchos sudafricanos se enteraron de la noticia, anunciada en la televisión estatal por el presidente Jacob Zuma poco antes de la medianoche, cuando se despertaron el viernes, y se concentraron junto a su casa en el barrio de Houghton, en Johannesburgo. Una mujer abrazó a sus dos hijos junto a una ofrenda floral.

Una docena de palomas fueron echadas al vuelo. Un hombre caminaba con un girasol de tallo largo. Personas cantaban canciones tribales, el himno nacional “N’kosi Sikelel Afrika” (El Señor bendiga a Africa) e himnos cristianos. Una llevada un cartel que decía: “Reinará en el Universo junto con Dios”. Líderes judíos y musulmanes estaban también presentes.

En preparación para las grandes muchedumbres que se esperan en los próximos días, se instalaron baños portátiles. Un hombre vendía banderas y otros símbolos del partido de Mandela, el Congreso Nacional Africano. Zuma encabezará una delegación de funcionarios del partido que iba a ofrecer condolencias a la familia de Mandela en Houghton.

Uno de los dolientes, Ariel Sobel, dijo que él nació en 1993, un año antes que Mandela fuese elegido presidente.

“Lo que más me gustaba de Mandela era su capacidad de perdón, su pasión, su diversidad, el pacto de lo que hizo”, dijo Sobel. “No me preocupa lo que va a suceder. Vamos a continuar juntos como nación. Sabíamos que iba a suceder. Estábamos preparados”.

En un servicio religioso en Ciudad del Cabo, el arzobispo retirado y Premio Nobel de Paz Desmond Tutu dijo que Mandela quisiera que los sudafricanos mismos fuesen su monumento, adhiriéndose a los valores de unidad y democracia que él representó.

El presidente Zuma, vestido de negro, anunció la noticia de la muerte de Mandela el jueves por la noche por televisión. Dijo que Mandela, de 95 años y conocido afectuosamente como “Madiba”, el nombre que le dio su clan, falleció “en paz” a eso de las 8:50 de la noche, acompañado de su familia.

En la aldea natal de Mandela, Qunu, familiares se consolaban mientras recordaban a su pariente, líder de la Sudáfrica moderna.

F.W. de Klerk, el presidente sudafricano blanco que negoció junto con Mandela el fin del apartheid, dijo que Mandela “era una persona muy humana” con gran sentido del humor y que mostraba interés por los demás.

De Klerk citó las mismas palabras de Mandela al pronunciar: “Nunca, nunca jamás, habrá el Sudáfrica la represión de unos contra otros”.

Una multitud también se aglomeró frente a la antigua vivienda de Mandela en la calle Vilakazi en Soweto. Muchos participaban en danzas tradicionales en conmemoración al líder fallecido.

Mandla Mandela, ícono del fallecido dirigente, dijo que se consolaba pensando que su abuelo al fin estaba descansando en paz.

“Lo único que puedo hacer es agradecer a Dios por haber tenido un abuelo que nos amó a todos los de la familia y nos guió”, dijo Mandla Mandela en un comunicado. “La mejor moraleja que nos dejó fue el deber de todos de servir a la nación”.

La aerolínea South African Airways dijo que facilitará vuelos fletados para los invitados a las exequias en la provincia de Mandela, en Cabo Oriental.

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