Sin haber estudiado Medicina, el químico Moisés García Monjaraz realiza diagnósticos y ofrece tratamientos curativos a base de un agua ‘milagrosa’ que él mismo patentó.
Sus recetas las expide en hojas blancas, sin membrete ni referencia de su cédula profesional.
“Yo hago todos los tratamientos, yo soy doctor en Química”, dijo a un reportero de AM que acudió a recibir consulta en el consultorio que improvisó en su domicilio en la Privada Río Ganges, en la colonia Lomas de Arbide.
En su sitio en internet, el falso médico asegura que el agua quelada que receta a sus pacientes sirve para tratar a enfermos graves, incluso a quienes padecen cáncer de cerebro o insuficiencia renal.
La Secretaría de Salud de Guanajuato emitió un informe oficial, en el que advirtió que el químico ya enfrenta un proceso penal por realizar prácticas de médico sin licencia.
“Secretaría de Salud ya inició un procedimiento en contra de esta persona, misma que está en trámite y por el momento estamos esperando obtener un resultado final sobre el trámite en contra”, precisó la dependencia en el informe entregado a AM.
Al médico lo acusan por usurpación de profesión y por poner en riesgo la salud de la población.
La dependencia se abstuvo de dar más detalles del caso.
“Estamos en juicio, justamente hoy (ayer) van a emitir una sentencia definitiva”, mencionó un vocero de la Secretaría.
Lo que dice curar
El falso médico registró su agua milagrosa con la marca ‘D’Mogamo Natural y desarrolló una página en internet en la que expone los beneficios a la salud que trae su consumo.
Según el sitio, el agua quelada cura diferentes males, desde la falta de crecimiento de pelo hasta cáncer de próstata y cerebro.
En el menú de opciones hay un apartado con el título “Usos específicos del agua quelada en el área de la salud”, y enlista las siguientes: limpieza del riñón, daños en los pulmones quemados por tratamientos de cáncer, limpieza del organismo y bebida energética.
A la par de los beneficios para el cuerpo, añade las reacciones favorables que tienen con animales y plantas, según experimentos que ahí se comentan. Pollos, gallinas, gansos, ganado, plantas y cerdos son los animales que obtuvieron algún beneficio con el uso del agua quelada.
Té para aliviar problemas de bronquios, vesícula, riñón, diabetes, presión arterial, circulación, y ansiedad, son la variedad de preparados que se ofrecen como parte de los tratamientos.
Cada uno de los pasos son diferentes, dependiendo la enfermedad, pero el uso del “agua quelada” se da en todos.
Tratamientos faciales y para el crecimiento de pelo, así como la introducción de colágeno natural y activos que supuestamente previenen el cáncer, son otros de los tratamientos que ofrece D’Mogamo.
Tratamiento a base de lavados
Para poder dar un diagnóstico, el químico Moisés García Monjaraz coloca a sus pacientes en una bandeja con su famosa “agua quelada”, introduciendo unas placas de metal que van conectadas a un voltímetro.
“Dependiendo el color del agua es tu padecimiento”, afirmó una de las pacientes con artritis que lleva más de 2 meses utilizando el procedimiento.
El colocar los pies en la sustancia es un martirio; el cosquilleo similar a hormigas corriendo sobre los dedos hace que el tratamiento se vuelva tedioso y estresante, pues así debe permanecer el paciente durante 40 minutos.
El procedimiento se repite luego en una bandeja en la que el paciente debe meter las manos.
La sensación esta vez era más fuerte; el hormigueo cambia por una comezón intensa.
“Es normal que te dé comezón, se están abriendo tus poros”, decía una de las encargadas.
Beber agua quelada como parte de la espera es normal.
Después del lavado completo de pies y manos, llega el diagnóstico del doctor.
“A él dele antibiótico con el tres”, ordena a la asistente.
Una vez que el paciente toma el ‘antibiótico’, se administran cuatro dosis posteriores separadas cada 10 minutos; el sabor es insoportable, la lengua se escalda y se adormece, seguido de un sabor amargo que se queda en la boca.
Tomado el supuesto antibiótico, viene una segunda valoración por el creador del “agua quelada”.
“Muy bien, estabas muy sucio de la sangre, se notó en el primer lavado. Ahora pasas para darte medicamento”, le dijo el falso médico al reportero que se presentó como un paciente.
En una hoja anotó el tratamiento que debía tomar el reportero para un malestar ficticio de bronquitis. El costo total de la consulta, el agua quelada y la medicina costó 1,800 pesos.
Esa cantidad es la que deben pagar otros pacientes por un tratamiento que no está avalado por las autoridades de salud.

Tiene 12 años con patente

El químico Moisés García Monjaraz patentó el nombre de su agua quelada desde el año 2001 bajo la marca D´Mogamo.
Desde entonces ha desarrollado otros productos a base de hierbas, que llevan como ingrediente principal el agua milagrosa.
En el año 2005 el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial registró otro producto que aparece dentro del acta como “Mogavina D´mogama”.
Ambos registros se realizaron con el domicilio en la calle Fuego, en Jardines del Moral, que era donde antes estaba el consultorio del químico, así como la dirección de un establecimiento en el Mercado República, locales 14 y 15.
En una de las solicitudes de registro la descripción del producto y servicio es la siguiente: “preparaciones farmacéuticas, sustancias dietéticas para uso médico, alimentos para bebés, preparaciones para destrucción de animales dañinos, fungicidas, herbicidas, en especial bebidas medicinales”, con fecha de registro en abril de 2005.

Acuden desesperadosen busca de una cura

El día que el reportero de AM acudió al consultorio del falso médico, coincidió con cuatro pacientes que esperaban ansiosos su diagnóstico.
La primera de ellas era una señora de mediana edad que padece artritis, problemas en los pulmones y una infección en los riñones.
“Llevo años con diferentes doctores y nada me funciona, por eso decidí venir”, dijo mientras sus pies con clara deformidad en los dedos reposan en una pequeña charola con agua y conectadas al voltímetro.
Para ella, luchar contra su enfermedad ha sido bastante pesado; su trabajo como tejedora de punto le ha ayudado a sobrellevar la enfermedad como una rehabilitación.
Aseguró que desde que inició el tratamiento se ha sentido mejor, aunque con recaídas en las primeras sesiones, mareos, vómitos y náuseas, además de malestares en sus extremidades.
En el consultorio estaba una señora ama de casa que había tomado el riesgo de ir con el químico a buscar que la cure de una infección por hongos en la cara.
“Es mi segunda vez, pero pues me pica aún en las manos, se siente como cosquillas”, comentó la señora, quien se encontraba en la etapa del primer diagnóstico.
Dos de los casos más severos llegaron al transcurrir de la mañana. Un joven de 19 años, quien desde hace tres años se dializa, por la falta de función de sus riñones.
Para él, someterse a cuatro diálisis diarias es complicado, al no contar con Seguro ni una entrada extra de dinero, más que lo que gana su madre al planchar ajeno.
“Yo sólo quiero que mi hijo se cure, porque quiere trabajar”, dijo la madre del joven, quien se quejaba de una constante comezón al recibir el lavado en las palmas de las manos.
Cuando se le detectó la insuficiencia renal, tuvo que dejar la escuela para dedicarse de tiempo completo a buscar solución a su enfermedad. Una sola bolsa de diálisis cuesta 80 pesos.
Afortunadamente un proveedor les da un precio de 250 pesos por cada caja con 6 bolsas; a la semana son alrededor de 4 cajas las que tiene que comprar para llevar una vida semi-normal; es decir, un gasto de mil pesos semanales más una ampolleta tomada cada semana.
Un señor de más de 40 años ingresó apenas hace un mes al tratamiento en contra de un padecimiento grave de colon. “Once años duré evacuando sólo sangre”, dijo el hombre. “Pero el doc ha logrado mejoras”, aseguró confiado.

‘Es charlatanería’, advierten

El médico Fernando Aguilar reprobó la actitud del químico que ofrece curar enfermedades graves con un agua ‘milagrosa’.
“Opino que es charlatanería, ya que carece de sustento científico. Es un atentado patrimonial, considero que es un delito contra la salud”.
Para el médico, los tratamientos que ofrece el médico no son curativos y si los pacientes creen sentirse mejor al tomar el agua, puede ser mera sugestión.
“La ingestión de cualquier sustancia puede fungir como mecanismo sugestivo”, explicó.
La química Laura Granados, aclaró que el tratamiento que utiliza el supuesto doctor Moisés García Monjaraz no es nada nuevo; se trata de “electrólisis”, que es una técnica que consiste en conectar a un electrodo piezas de metal y sumergirlo en agua para colocar los pies.
Destacó que aunque esa técnica puede generar alguna reacción favorable en la salud, no cura enfermedades graves.
El uso que le da el doctor es sólo para que el tratamiento surta efecto, pues provoca que el paciente se deshidrate, y al tomar el agua ‘quelada’ tendrá una sensación directa de bienestar en todo el cuerpo.
La especialista reconoció que la técnica puede beneficiar a personas con alguna deficiencia de minerales, pero aclaró que el agua no es milagrosa.
“Como curativa no, lo que pasa es que te está proporcionando minerales que el cuerpo necesita y los está descargando lentamente. Pero no que te cura enfermedades como el cáncer”. Dijo que a pesar de que los químicos pueden tener conocimiento de las enfermedades, no deben asumir funciones como médicos.
“Está muy penado que tú des un diagnóstico”.

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