Tambos que contienen residuos de sustancias venenosas son utilizados por habitantes de colonias populares para almacenar el agua que consumen.
De acuerdo con expertos, almacenar el agua para consumo en ese tipo de barriles es muy peligroso, porque contienen residuos químicos que pueden provocar intoxicaciones al contacto con la piel o al ingerirlo.
Además, algunas sustancias tienen reacciones químicas al contacto con el agua, que podrían generar gases tóxicos.
En un recorrido por distintas plantas recicladoras, AM detectó la venta sin control de tambos que contienen químicos tóxicos.
Por ejemplo, en un local que compra y vende fierro viejo se encontraron tambos con la etiqueta de cianuro.
Los barriles que estaban a la venta todavía contenían residuos del químico.
“Tú puedes estar tomando en el agua restos de cianuro”, advirtió la química Laura Granados Ramírez.
“Cuando se cocina con esa agua y se combina con la sal es muy asimilable por el cuerpo. El cianuro en grandes cantidades en el cuerpo te va a provocar enfermedades respiratorias”, añadió la especialista.
En una colonia popular se encontraron tambos de una empresa que distribuye aceites para autos.
Los recipientes son utilizados para almacenar agua de uso diario de distintas familias.
“Esta grasa es muy dañina, si la consumieras sí podría ser un precancerígeno”, advirtió la química.
Las autoridades de Salud del Municipio se deslindaron del control de la venta de ese tipo de tambos tóxicos.
Variedad de químicos
En un recorrido por las colonias Minerales de La Joya y La Esperanza de Alfaro se encontraron tambos con logotipos de empresas químicas, los cuales son llenados con agua que surten pipas.
En la calle Minerales del Bajío había afuera de una casa tres tambos de color azul con una etiqueta blanca con la leyenda ‘Elastopan’, un químico utilizado para la metalurgia que puede causar irritación en piel, ojos, garganta al inhalar, y problemas gastrointestinales en caso de ingestión, según su ficha técnica.
“Son de mi vecino, no sé ni cuánto le costaron, pero se los trajeron hace poco”, dijo una comerciante de la zona, quien reconoció que los tambos fueron llenados con agua de pipa.
A unas cuantas casas hay más tambos de plástico y metal, cuyo uso original era para almacenar materiales tóxicos y que ahora se utilizan como tinacos.
En una casa almacenan el agua en dos recipientes de metal de aceite Adilub y en otra utilizan un tambo que tiene la leyenda “Units de México S.A”, que corresponde a una empresa que produce químicos para la industria del zapato.
“Almacenamiento de estopas impregnadas con aceite”, se lee con letras amarillas en uno de los barriles colocados afuera de una casa de la calle Minerales del Bajío.
En la misma calle, un recipiente oxidado deja ver su origen con letras marcadas en negro: “Ciba Geigy”, una empresa que produce químicos para distintas industrias, incluida la farmacéutica.
Con residuos
En la colonia Esperanza de Alfaro almacenan agua en contenedores azules que tienen la leyenda de la empresa Química Central de México, productora de cromo para la industria curtidora.
En la calle Paso de Los Gómez son cuatro los tambos metálicos que hay afuera de las casas, dos de ellos en buen estado -que dan muestra de ser nuevos- y los dos restantes ya están oxidados.
Mayra Guadalupe Velázquez, vecina de la colonia, dijo que su abuela adquirió dos de los barriles en un local de fierros viejos, por alrededor de 50 pesos cada uno.
Reconoció que cuando adquirieron el tambo, todavía tenía residuos químicos.
“Sí tenía un polvo blanco, pero sólo la usamos (el agua) para los trastes. ¿Hace daño?”, preguntó preocupada Guadalupe Velázquez.
En la misma colonia hay más tambos con leyendas y logotipos de las empresas químicas Prisa, Elf (aceites), Retex (impermeabilizantes), Bayer y Adilub.
Toman agua
de tambos tóxicos
La familia Pérez Hernández padece las consecuencias de tomar agua de pipa directamente de los barriles que antes contenían sustancias químicas.
Con más de 10 años de haberse mudado a la colonia Esperanza de Alfaro, los niños y adultos sufren en época de calor por las infecciones estomacales que atribuyen al agua que toman de los barriles.
Dos tambos con la marca “Adilub, aceite para motores”, llenos de agua hasta el tope, abastecen a la familia integrada por dos adultos y ocho niños.
Pese a que toman medidas para purificar el agua, no han logrado eliminar los desechos de aceite que quedan dentro del barril.
“Y eso que antes de darles agua la hervimos”, aseguro Diana Pérez Hernández, mientras arrullaba en sus brazos a su hija, quien enfermó por beber agua contaminada.
Cada vez que una pipa va a llenar los tambos, procuran lavarlos con cloro y gotas desinfectantes, para contrarrestar los daños.
La señora Diana lamentó no tener dinero para comprar agua purificada.
Para la familia se ha vuelto cotidiano tomar agua de los barriles; sólo recorren la tapa oxidada y con el mismo vaso se sirven y beben entre muecas de desagrado por su sabor “rasposo”.
“Mi mamá compra agua pura, y sabe diferente”, aseguró la señora Diana, quien reconoce que el principal mal de las infecciones estomacales se encuentra en beber agua de los recipientes.
‘No nos compete’
El director de Salud Municipal, Octavio Villasana, reconoció que no sabía que en las colonias populares se utilizan barriles con sustancias tóxicas para almacenar agua.
“Hasta ahorita no ha habido ningún reporte que nos conlleve a la revisión, esto le compete más a la Jurisdicción Sanitaria”, dijo el funcionario.
“No nos compete directamente, indirectamente sí podemos apoyar, en checar la calidad del agua, pero todos estos reportes llegan a la Jurisdicción Sanitaria”, enfatizó Villasana.
Exhortó a las personas a que no compren los barriles si no conocen la procedencia, y si lo hacen procuren ser cuidadosos con su lavado.
“Nosotros, en el área municipal, sería checar la calidad del agua, no checar el recipiente, sino la calidad del agua”, añadió el Director.
Peligra salud de población
La salud de la población que utiliza tambos tóxicos para almacenar agua está en peligro, advirtieron especialistas.
“Hay gente que por ignorancia, no sabe los riesgos de comprar esos tambos”, enfatizó la química Laura Granados Ramírez.
Dijo que todos los recipientes que muestran la señal de advertencia en su etiqueta o la referencia de contener químicos, no deben ser adquiridos para almacenar agua, porque pueden provocar intoxicación e irritación al contacto con la piel y ojos.
“La contaminación por sustancias no sólo es ingesta, existen diferentes factores por los cuales esta contaminación puede entrar al cuerpo de una persona”, añadió Jessica Soto Valecillo, técnica en Química Ambiental.
Para prevenir la compra de recipientes tóxicos, recomendó guiarse por el rombo de seguridad que aparece en el exterior de los tambos e identificar el nivel de riesgo para la salud.
Una razón por la cual los recipientes tóxicos llegan a parar a locales de fierro viejo, es por lo caro que resulta el correcto confinamiento, que implica un costo extra para las empresas, dijo la ambientalista.
“La Secretaría del Medio Ambiente regula y la Procuraduría de Protección al Ambiente tiene que verificar”, puntualizó la química Granados al cuestionarle sobre quién debe cuidar el flujo de material tóxico.
Venden tambos con cianuro
En un local de fierros viejos, ubicado en el bulevar San Juan Bosco, se venden tambos con residuos químicos de alta toxicidad.
Por ejemplo, están a la venta recipientes de 50 kilos que contenían cianuro de sodio y cianuro de cobre, ambas sustancias tóxicas dentro del nivel 3, consideradas como altamente peligrosos para su manipulación sin el uso adecuado de protección.
En el exterior del tambo hay una etiqueta que advierte el alto riesgo del químico: “La ingestión o contacto con la piel y ojos puede causar severa intoxicación y ser fatal”.
Una calavera dentro de un margen color blanco hace hincapié en no tocar el contenido si no se trata de una manera adecuada.
El pasado lunes 11 de noviembre había en el local cinco barriles que contenían residuos de cianuro y al día siguiente ya sólo había tres.
“Se los llevaron joven”, afirmó uno de los encargados del local de reciclaje, al preguntar por los dos barriles faltantes.
Cada barril se oferta a 6 pesos el kilo, sin importar su procedencia.
Con 36 pesos se compró un barril vacío con residuos de cianuro y otros recipientes color café oscuro, que almacenaban diferentes químicos.
Los encargados del local ni siquiera preguntan el origen y riesgo de los recipientes que tienen a la venta.
“Con que sea fierro y pese, tráemelo”, aseguró el propietario al cuestionarle qué tipos de objetos recibían.
‘Los usan para las carnitas’
La compra de tambos que antes almacenaban químicos es una práctica común, debido a su bajo precio.
Un tinaco se vende entre 3 mil y 6 mil pesos, mientras que los barriles de desecho los ofertan de 50 a 130 pesos.
En la esquina de la calle Aurelio Gutiérrez, sobre el bulevar Hilario Medina, hay un comercio que vende cubetas, tinas, tambos de plástico y metal que eran utilizados para almacenar químicos.
Con sólo 130 pesos cualquiera puede adquirir un recipiente que contenía ácidos, cera o materias primas para la industria del calzado.
Aunque las etiquetas de advertencia colocadas en el exterior de los tambos, la gente acude a comprarlos como si fueran nuevos.
En ese local se contaron 12 tambos que contenían algún material tóxico; destacaban recipientes de aceite de motor.
“Estos los usan para las carnitas”, aseguró el propietario, al preguntarle por unos recipientes de 50 kilos que contenían cera y mostraban al exterior una calcomanía de ser producto inflamable.
“El sábado me llegan más, ya hice el encargo”, puntualizó el propietario al cuestionarle el día de entrega de mercancía.