El espionaje que ejerció la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) sobre México adquiere cada vez dimensiones más grandes.
Además de haber espiado telefonemas y correos electrónicos del anterior Gobierno mexicano, nueva información revela que la otrora Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de todo el País fue un objetivo preciado.
En su edición del domingo, el semanario alemán Der Spiegel reveló que desde su base de Texas, la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos consideró a la Secretaría de Seguridad Pública, desde principios de 2013 llamada Comisión Nacional de Seguridad, como una “mina de oro”.
“La TAO (siglas para el departamento de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos llamado Operaciones de Acceso a la Medida) recibió la orden de espiar esa secretaría.
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos y sus servicios secretos tenían que saber al final todo sobre el tráfico de drogas, el tráfico de personas y la seguridad de la frontera méxico-estadounidense”, se lee en el semanario alemán.
La Secretaría de Seguridad Pública estaba encargada de supervisar actividades federales y estatales de Policía, además de labores de antiterrorismo, sistema de prisiones y las fronteras del país.
Por eso la NSA consideró de mucho valor acceder a las terminales de la red de la extinta Secretaría de Seguridad Pública, donde el objetivo fueron sus 20 mil empleados y sobre todo los administradores de sistemas e ingenieros de telecomunicaciones.
Esta nueva información del espionaje estadounidense se desprende de documentos que el técnico estadounidense Edward Snowden logró dar a conocer y que ahora están en manos de los redactores de Der Spiegel, entre los que se encuentran los periodistas que originalmente ayudaron a Snowden al filtro de la información, Jacob Appelbaum y Laura Poitras.
Esta operación es parte de la “Whitetamale” (Tamal Blanco), una operación de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos que buscaba saber más sobre la forma de operar de los funcionarios de seguridad mexicanos para destapar redes de narcotráfico y de trata de blancas.
El Departamento de Operaciones de Acceso a la Medida se infiltraba en las cuentas de correo electrónico de los empleados de la Secretaría de Seguridad Pública, “un trabajo relativamente sencillo de estos ‘hackers’ (como se nombra en la revista alemana a los servicios de seguridad estadounidenses)”, luego infiltraban toda la red y hacían la captura de datos.
Con los informes de espionaje se obtuvieron diagramas de las estructuras de la Secretaría de Seguridad Pública, algo que incluyó los sistemas de videovigilancia.
Tanto México como Brasil, Venezuela, y Cuba fueron algunos de los objetivos de espionaje por parte de Estados Unidos.

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