Tras vivir un semestre de emociones encontradas: la alegría de un título, por una lado, y la impotencia de no jugar, por el otro, Sebastián Maz busca resurgir.
Convertido en uno de los pilares del León después de haber logrado el ascenso y marcar nueve goles en el Apertura 2012, una fascitis plantar en el pie izquierdo le impidió tener regularidad el siguiente torneo.
Al no recuperarse por completo para el Apertura 2013, la directiva esmeralda ocupó su plaza de foráneo, dejando la alternativa de jugar como naturalizado, pero su carta no llegó.
“Primero fue muy duro porque el tema que me preocupaba era la lesión, de salir bien, de no tener ningún tipo de molestia, gracias a Dios se salió bien de eso, ya al entrenar al parejo de mis compañeros disfrutaba los partidos y cómo se iba dando todo, la verdad que fue increíble el juego que creaba León.
“Después de dos fechas de arrancado el torneo yo estaba bien, habían salido algunas ofertas, pero decidí quedarme acá, recuperarme al 100%, y gracias a Dios se me dio la confianza para estar aquí”, dijo el charrúa.
Con la salida de Darío Burbano a los Tigres y la promesa de su técnico, Gustavo Matosas, Maz luchará para hacerse de un lugar entre jugadores.
“El respaldo que él (Matosas) me ha dado ha sido muy importante, espero poder responderle con trabajo y resultados dentro del campo”, dijo.

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