Pobladores cuentan cómo los zapatistas buscaron refugio en el mercado y en la clínica durante el enfrentamiento con el Ejército aquel 1 de enero de 1994.
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tuvo aquí el mayor número de bajas.
Los zapatistas habían tomado esta cabecera municipal el 1 de enero de 1994, saquearon tiendas de Gobierno y ocuparon el Palacio Municipal.
Eran más de dos mil, recuerdan los pobladores. Encapuchados, vestidos de pantalón verde y camisa café. Unos con armas de verdad y otros con utilería.
Para el día siguiente, los rebeldes se atrincheraron, pero fueron sorprendidos por los soldados que provenían del municipio de Palenque. En su estrategia, los militares hicieron “pinza” para ingresar por dos frentes a esta ciudad.
En el mercado público municipal “Belisario Domínguez”, varios zapatistas quedaron tendidos, donde ahora están las carnicerías, cuentan los comerciantes.
Frente al local 7, propiedad de Juan Domínguez, quedó bocarriba un zapatista, junto a su fusil de madera con una punta de cuchillo.
“Fue un reguero de muertos, aquí dentro del mercado y afuera. En la tarde saquearon la tienda del Seguro Social. El dueño de una tienda llamada Brasil, fue amarrado por los zapatistas. Era el doctor Talango. Su tienda la saquearon y sus carros los quemaron. Fue en venganza porque, según, se portó mal con los indígenas.
“Lo amarraron con su yerno, Enrique Solórzano. El doctor fue protegido por los soldados, pero su yerno corrió por atrás del mercado y lo confundieron. Quedó muerto ahí donde ahora está un hotel, quedó junto a un zapatista que tenía las tripas de fuera”, narra el carnicero, de 46 años.
Este mercado, recuerda Ramón Domínguez, otro carnicero de 69 años, fue atacado con morteros.
“Sí, en el techo entraban y dejaban unos hoyotes. Eran morteros, eso nos dijeron después. Todo quedó destrozado, aquí dentro de mi local había dos zapatistas muertos, los atraparon aquí”, comenta don Ramón, al tiempo que señala el techo de lámina, ya remozado.
En avenida Sur y Emiliano Zapata, los rebeldes formaron trincheras para aguantar el embate militar. Sobre las aceras quedaron regados sus cuerpos. Ahora en este cruce los lugareños venden montones de piñas.
La persecución militar dejó a su paso cadáveres de zapatistas y ciudadanos que huyeron hacia el arroyo que cruza este municipio y a la Clínica del IMSS, ubicada a unos 2 kilómetros del mercado.
“Todos salieron corriendo, unos se quedaron ahí, los acorralaron. Aquí había un guardia, pero salió tendido para su casa”, platica un vigilante del Panteón Municipal.
Una fosa, refiere, fue abierta por militares junto al hospital, para depositar cadáveres. Ahora esa fosa es parte del cementerio.
Ocosingo se encuentra a 96 kilómetros de San Cristóbal, rumbo a la Selva Lacandona.
De 200 mil habitantes, fue una de las siete cabeceras municipales ocupadas por el EZLN en enero de 1994.
La parroquia de San Jacinto fue incluso cateada por militares ante la sospecha de que ahí se acopiaban armas para los zapatistas.

Señala Gálvez pendientes

A 20 años del alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), siguen sin cumplirse temas en materia de derechos indígenas, consideró Xóchitl Gálvez.

A través de su cuenta de Twitter, quien fuera titular de la Oficina para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas en el Gobierno de Vicente Fox, enlistó entre los pendientes el reconocimiento a los pueblos indígenas como sujetos de derechos.
“’Los pueblos indígenas como sujetos de derechos’ y no de ‘interés público’ como quedó en la Constitución actual”, escribió la empresaria de origen otomí a propósito del aniversario zapatista.
También señaló el reconocimiento de la autonomía y libre determinación a nivel de la Constitución federal y de las locales.
“La autonomía indígena no tiene nada que ver con la creación de estados nacionales, tiene que ver con formas de organización y cultura”, explicó.

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