Los familiares y amigos de Michael Schumacher se turnaron ayer para estar al tanto del piloto alemán en su cama de hospital, mientras algunos aficionados se reunían afuera del recinto para homenajear al astro de la Fórmula 1 por su cumpleaños 45.
Schumacher se encuentra en coma inducido desde el domingo. Su mánager, Sabine Kehm, dijo ayer que su condición se mantiene estable pero crítica.
El piloto alemán y su familia suelen celebrar la Navidad, el Año Nuevo y su cumpleaños en una cabaña para esquiar en el centro turístico francés de Meribel, donde ocurrió el accidente.
Ahora han estado atentos a la evolución del campeón retirado en el hospital de Grenoble.
“Se turnan para cuidarlo: la esposa de Michael, sus hijos, su hermano”, dijo el ex piloto de Fórmula 1 Philippe Streiff. “Es doloroso ver eso en la familia”.
Al anochecer, algunos aficionados usaron un proyector para iluminar las paredes del hospital con las palabras “Sé fuerte” y “Sigue luchando”.
El siete veces campeón de la Fórmula Uno ha sido operado del cerebro en dos ocasiones desde el accidente. Los médicos lo mantienen sedado y su cuerpo es mantenido a baja temperatura para ayudar al proceso de sanación.
Los doctores son renuentes a hacer un pronóstico sobre la salud de Schumacher.

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