Kiyoshi Kimura, quien opera una cadena de restaurantes de sushi, consiguió una ganga el domingo al llevarse un atún de aleta azul de 230 kilogramos por sólo 7.36 millones de yenes (unos 70,000 dólares), apenas 5% de lo que pagó el año pasado y a pesar de los indicios de que la especie está en un declive grave.
La oferta ganadora de Kimura el año pasado, de 154.4 millones de yenes (1.47 millones de dólares) por un atún de 222 kilos, provocó protestas de que los precios estaban demasiado elevados.
Sin embargo, el elevado costo no necesariamente refleja que el pescado tiene una calidad extraordinaria.
“Me alegra que el precio de este año regresó a la normalidad”, dijo Kimura, dueño de Kiyomura Co. que opera la popular cadena de restaurantes Sushi-Zanmai.
Los ambientalistas dicen que el consumo mundial de atún de aleta azul está llevando a su disminución y que los encargados de administrar las pescaderías no están actuando responsablemente para protegerlo. Los japoneses consumen 80% de todos los atunes de aleta azul que se pescan en todo el mundo.
En la primera subasta del domingo de este año se vendieron 1,729 atunes, según información del gobierno, en comparación con 2,419 del año pasado. El precio de 32,000 yenes (305 dólares) el kilo que se pagó este año por el mejor pescado fue mucho menor que los 700,000 yenes por kilo del año pasado.
Las reservas de las tres especies de atún azul —el del Pacífico, el del Sur y el del Atlántico— han caído en los últimos 15 años debido a la pesca excesiva. Las reservas de atún de aleta azul atrapados en el Atlántico y el Mediterráneo se desplomaron 60% entre 1997 y 2007 por la pesca descontrolada, muchas veces ilegal, y las cuotas laxas. Aunque ha habido mejorías en años recientes, los expertos dicen que el panorama para las especies sigue siendo frágil.
“La población definitivamente ha sido diezmada”, dijo Amanda Nickson, directora de conservación mundial del atún del grupo ecologista The Pew Environment Group. “Más de 90% del atún azul es pescado antes de su edad reproductiva. Uno debe preguntarse si esto es remotamente sustentable”.
Hasta ahora, los gobiernos y organismos reguladores no han adoptado medidas para proteger a las especies que manifiestan la gravedad de su declive, agregó la activista.

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