Unas 700 personas se dieron cita en el panteón de Antúnez para despedir a Rodrigo Benítez Pérez y Mario Pérez Sandoval, muertos tras un forcejo con elemetnos Ejército durante los hechos del lunes pasado.
El último homenaje, antes de enterrar los ataúdes, estuvo escoltado por miembros de las autodefensas, armados. Uno de ellos, un joven de 24 años, exclamó: “el Gobierno cree que puede matarnos, pero la gente inocente, ¿qué tiene ver con esto?
Otro joven, vecino del pueblo, recalcó que seguirían apoyando a las autodefensas. Ya que darles un vaso de agua es visto por los miembros del crimen organizado como una traición.
“Prefiero morir por una bala del Ejército que hecho pedacitos con navaja por los mañosos”.
Mientras las afueras de Antúnez ya se encuentran vigiladas por convoys del Ejército.

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