Encontrar un balance entre las imponentes vistas y el protagonismo del mobiliario marcó la pauta para la conceptualización de espacios, acabados y estilos en un moderno penthouse.
Ubicada en un sector montañoso de Monterrey, la propiedad de 340 metros cuadrados de construcción es obra de la colaboración entre el arquitecto Víctor Martínez, del despacho Estudio Más Vivienda, y Carlos Caballero, especialista en muebles de diseño y fundador de Modena.
“Como prioridad del proyecto hicimos un énfasis especial, en términos de distribución y conexión con el exterior, en la cual buscamos que el habitante se sintiera en una posición privilegiada desde la que se tiene una vista única y casi total de Monterrey”, expresó Martínez.
Para tal efecto, las divisiones hacia las terrazas en las áreas sociales y la recámara principal, que en conjunto suman un 70 por ciento de los muros del departamento, se realizaron con ventanales de piso a techo.
“A excepción del master-bedroom, donde las cortinas son un elemento decorativo y funcional importante, en las áreas abiertas prescindimos de persianas, cortinas o mamparas precisamente para incluir las vistas como parte del ambiente”, dijo Caballero.
Esa apertura durante el día permite ver con detalle las construcciones, cerros y vialidades desde el sureste hasta el noroeste del área metropolitana, y de noche, su iluminación multicolor denota amplitud y ligereza, además de fungir como principal fuente de luz.
Armonía total
Con el imponente paisaje como elemento intrínseco de la ubicación y distribución del penthouse, el reto principal para la dupla de creativos consistió en encontrar la armonía entre piezas de mobiliario con una personalidad y un discurso propio sin competir con las vistas, además de recurrir a acabados atractivos que facilitaran la integración interior-exterior.
Muros limpios en tonos claros y verde musgo, así como la presencia mínima de concreto aparente se complementaron con carpintería en madera de nogal con la que se forman paredones de piso a techo que ocultan las puertas libres de herrería expuesta.
“Para el piso y algunas paredes en cocina y elevador se usaron placas de mármol gris de acabado mate, elegido para proyectar neutralidad y atemporalidad, cualidades requeridas para el lucimiento del mobiliario”, justificó el interiorista.
Una vez concluidas las etapas de distribución de espacios, equipamiento y recubrimiento, la labor de los creativos se centró en la selección y coordinación de muebles, que, a solicitud y gusto del propietario, debían cumplir con un valor estético y propuesta de diseño trascendente.
Así, desde la recámara de invitados hasta las terrazas, piezas con la firma de Mies van der Rohe, Marcel Breuer y Josef Hoffmann, entre otros, dispuestas de manera ecléctica pero balanceada, imprimen un carácter sofisticado a las superficies del penthouse.
Para lucir el mobiliario, el diseño de la propiedad consideró también la fluidez de los espacios, donde no hay pasillos o muros intermedios en el área social, valiéndose de la cocina como núcleo de la misma, que conecta a la terraza principal, comedor y sala.
“Otro detalle casi imperceptible es el ángulo de los muros”, precisó Caballero. “Jugamos con la geometría para darle movimiento al penthouse evitando los ángulos tradicionales de 90 y 45 grados, lo que aporta un elemento arquitectónico y de diseño contemporáneo”.