El diagnóstico diferencial de ojo rojo requiere de un adecuado examen oftalmológico e incluye muchas y variadas enfermedades, entre ellas las conjuntivitis.
Tres causas frecuentes de ojo rojo son las conjuntivitis estacional o alérgica, la viral y la bacteriana.
Cada una requiere cuidados diferentes, aunque los síntomas sí pueden coincidir.
Gustavo Velasco Gallegos, oftalmólogo y director de Global Glaucoma Institute, comenta que la diferencia más importante en la conjuntivits alérgica se detecta
por la comezón alrededor de los párpados, al grado que puede ocasionar que el paciente se presenta a consultar con maceración en la piel provocada por el tallado profuso o intenso, esto no es tan obvio en las infecciones de tipo viral o bacterial.
En la conjuntivitis bacteriana, el cuadro clínico más fuerte se relaciona con la producción de legaña, que puede ser de tipo verde-amarillenta.
“Muchas de las infecciones o inflamaciones se pueden tratar con medicamentos combinados. Si administramos uno que tiene algo de antibiótico y antiinflamatorio
se cubre una gran cantidad de eventos al azar, pero algún paciente no va a recibir el tratamiento correcto y se puede complicar, por eso es importante la consulta con el especialista.
“Generalmente, el examen del oftalmólogo en la lámpara de hendidura permite diferenciarlas”, comenta. “Tanto la conjuntivitis viral como la bacteriana son sumamente contagiosas debido a que son derivadas de la inmunidad de la persona y a su actividad profesional. No así la alérgica”.

Conjuntivitis alérgica o estacional
Se llama estacional porque se presenta sobre todo cuando hay más polinización, que es la causa más frecuente.
Los pólenes varían dependiendo de la zona y hay regiones en donde proliferan la hierba, flores o árboles, pero la época más fuerte es primavera y verano.
También hay una variante de tipo alérgico que se presenta en menores de 15 años y se conoce como conjuntivitis primaveral, y es importante diferenciarlo, porque el niño se encuentra en una situación muy molesta que lo obliga a alejarse del sol y
la luz por algo que se llama fotofobia.
Hay cambios en el ojo por atrás de los párpados de tipo crónico y se puede hacer el diagnóstico mediante un examen oftalmológico, alerta Velasco Gallegos.

Conjuntivitis bacteriana
Se asocia con los microorganismos que están de manera normal en la mucosa conjuntival. Éstos pueden ser estreptococos o estafilococos de tipo epidermidis y permanecen bajo control. En caso de que se complique,  advierte, la infección puede provocar una úlcera corneal que, si está localizada en el centro de la córnea, el paciente no va a ver claro y perderá la visión al quedar una cicatriz corneal después de la resolución de la conjuntivitis bacteriana inicial.

Conjuntivitis viral
Generalmente, coinciden los especialistas, es por adenovirus y éstos pueden causar también la gripe común y complicarse con otitis, que es la infección en el
oído, además de cuadros generalizados de malestar y dolores articulares.
“Es de tipo infeccioso y se trata de diferente manera, obviamente, no van a responder tan bien a los antihistamínicos, porque el origen de tipo viral los hace
resistentes a estas sustancias, por lo que se necesitan antiinflamatorios no esteroideos, dar medidas locales de limpieza, fomentos fríos, aseo frecuente y
tratar las complicaciones asociadas, que pueden ser infecciones del oído o garganta”, señala Velasco Gallegos.
Agrega que es de las conjuntivitis más frecuentes y se puede presentar en versiones epidémicas, de manera unilateral o bilateral.
Además del ojo rojo, es característico que se acompañe de lagrimeo y legañas que hacen que los párpados y pestañas se peguen en la mañana al despertar y el párpado tiende a estar inflamado. Por ser muy contagiosa es importante el aislamiento.

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