Que tus hijos duerman bien

Si los estudiantes adolescentes entraran un poco más tarde, de manera que pudieran dormir más reducirían su somnolencia diurna y estarían más alertas.
Investigadores de Estados Unidos evaluaron a estudiantes internos en una secundaria independiente antes y después de que se cambiara la hora de inicio de las clases de 8 a.m. a 8:25 a.m. en el semestre de invierno.
La hora más tarde de inicio de escuela se asoció con que los adolescentes durmieron 29 minutos más, y también aumentó el número de los que dormían ocho o más horas en una noche al pasar del 18 al 44%, señala un reporte de la agencia Medline Plus.
“La privación del sueño es epidémica entre los adolescentes, y tiene unos impactos potencialmente graves en la salud mental y física, la seguridad y el aprendizaje. Una hora de inicio temprana de la secundaria contribuye a este problema”, dijo la líder del estudio, Julie Boergers, psicóloga y experta en el sueño del Centro de Investigación Pediátrica Bradley Hasbro en Providence Rhode Island.
Los investigadores también hallaron que empezar más tarde las clases condujo a reducciones significativas en la somnolencia diurna, el estado de ánimo deprimido y el uso de cafeína de los estudiantes, se publicó en la revista Journal of Developmental & Behavioral Pediatrics.
Cuando la hora de inicio volvió a la normalidad en el semestre de primavera, los estudiantes volvieron a sus niveles originales de sueño, anotaron los autores del estudio.
Estos hallazgos “amplían las investigaciones que demuestran unos importantes beneficios de salud a partir de unas horas de inicio de las clases más tardías en los adolescentes”, añadió.
“Si coordinamos mejor los horarios escolares con los ritmos circadianos y las necesidades de sueño de los adolescentes, tendremos estudiantes que estarán más alerta, felices, preparados para aprender, y que no dependen de la cafeína ni de las bebidas energéticas para apenas permanecer despiertos en clases”, planteó Boergers.