Al igual que muchas mujeres, “La prima de una amiga” siente una debilidad por los zapatos. Aun cuando acostumbra a usar principalmente tenis y ballerinas, no puede negar la fuerte atracción que siente hacia los tacones altos.
Suele utilizarlos en ocasiones especiales o en días que se despierta con muy buena actitud.
Los zapatos altos determinan, en su caso, el resto de su vestimenta. Unos pantalones ajustados o un vestido corto son los mejores acompañantes de tan veneradas piezas, que se convierten en un imán de miradas en las calles.
Ella no sabe si es por el sonido, el contoneo o los centímetros que le aportan, pero los tacones la hacen destacarse del resto.
De acuerdo con especialistas, un calzado de tacón alto no sólo aporta estatura, sino también alarga visualmente las piernas y modela la figura; proporciona confianza a la persona que los porta y tiene una carga de sensualidad implícita.
“La prima de una amiga” señala que no puede aguantar todo el día con los zapatos puestos. Durante su jornada en la oficina, acostumbra a quitárselos y resguardar los pies en el escritorio. Cuando llega la hora de salir a comer o de ir a casa, se los coloca nuevamente. Sólo de esta manera puede permitirse el uso de estas piezas.
Hace poco, un especialista en medicina física del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) declaró que el uso prolongado de este tipo de calzado puede alterar la naturaleza del pie y ocasionar daños como juanetes e inflamación de la planta. De igual forma, el equilibrio del cuerpo y la estabilidad al pisar pueden verse afectadas, derivando en caídas.
Antes de entrar a trabajar de manera formal, “La prima de otra amiga” utilizó durante varios años tenis y, en contadas ocasiones, calzado bajo. Sin embargo, en el despacho que labora le exigen ir presentable de lunes a viernes. Para asegurarse de no desentonar en su ambiente laboral, ella decide utilizar tacones de 10 centímetros.
Varias son las señales que indican que no está acostumbrada a usar tacones. Dentro de su bolsa carga a diario un par de ballerinas, que sustituye por sus altos tacones luego de concluir su día. Al llegar a casa, suele cambiarse éstas por unas chanclas, para brindar descanso a sus pies.
Entre las recomendaciones que dan los expertos respecto al uso de zapatos de tacón están: optar por modelos cuya altura no sobrepase los tres centímetros y tengan una puntera ancha que permita acomodar bien la parte frontal del pie; asimismo, buscar un calzado que cuente con una almohadilla interior para amortiguar cada paso y dar un buen masaje luego de una jornada de uso. Y tú, ¿cuánto estás dispuesta a sufrir?
¡Guapa aunque duela!
Aun cuando acostumbras a usar principalmente tenis y ballerinas, no se puede negar la fuerte atracción que se siente hacia los tacones altos.