Indigentes, personas afectadas de sus capacidades mentales, ex convictos y alcohólicos. No son precisamente las primeras personas a quienes se encomendaría montar una exposición de arte, pero sí algunos de los convocados a “Las buenas intenciones”.
La muestra, una de las primeras del año en la Galería Jesús Gallardo, propone un acercamiento a algunas manifestaciones que encajan dentro del arte marginal y que “son fruto de este impulso innato del hombre de estetizar lo que produce”, como dice Carlos Ashida, el curador.
Son 10 autores los que se reúnen en la colectiva y si bien algunos han pasado a la historia del arte mexicano, como Chucho Reyes; o han ganado reconocimiento internacional en su propia liga, como Marithé de Alvarado, a otros quizás les negarían la entrada a un edificio público.
Por ejemplo “El Kalimán” (o Alejandro Rodríguez, su nombre real), un conocido indigente de la ciudad de Guanajuato aquejado por la esquizofrenia, cuyo legado en la muestra son algunas de las hojas de papel que congestiona con una caligrafía febril.
O don Panchito López, un anciano que por el rumbo de la Central Camionera de León corresponde a las limosnas que la gente le da con un pequeño dibujo de un Cristo sintetizado.
“Ninguna de estas personas tuvo una formación artística convencional. Son gente que enfrentó sus circunstancias personales a través de un oficio, una destreza o una obsesión. Son personas que encuentran en la producción de estos objetos una salida a su necesidad interna y a veces una forma de subsistencia”, explica Ashida.
El elenco de autores incluye al pintor naif leonés Bruno Tapia; Andrés Arroyo Cossío, quien aprendió a hacer tallas en madera en la prisión y Miguel Sumano, un oaxaqueño que se gana la vida recolectando materiales de reciclaje y adorna los huacales donde los transporta con textos coloridos.
Un apartado especial es para Vicente Rea Valadez, fallecido artesano flexotécnico cuyas jaulas elaboradas con alambre alcanzaron un alto nivel de creatividad y encanto y que, en buena medida, inspiraron la línea conceptual de la exposición.
“Las buenas intenciones”, junto con la colectiva de arte actual “La fuerza domesticadora de lo pequeño”, estará abierta en la Jesús Gallardo hasta el 6 de abril.

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