El informe de un comité de la ONU sobre los abusos sexuales cometidos por sacerdotes se extralimitó al criticar asuntos sociales de la doctrina católica, advirtieron expertos.

En el reporte presentado el miércoles, el comité afirmó que El Vaticano viola la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, porque no ha reconocido la gravedad de los abusos y no ha entregado a los infractores a la Policía.

Adicionalmente, se pide a la Iglesia que suavice su oposición al aborto, los anticonceptivos artificiales y la homosexualidad.

Para Luigi Accattoli, experto en religión y del Vaticano, la solicitud de la ONU de que cambie sus posturas sobre los llamados temas éticos, como el aborto o el uso del preservativo, es algo inverosímil, mientras que sus críticas por los abusos acontecidos dentro de la Iglesia ayudarán al Vaticano a mejorar sus políticas, tras años de mala gestión.

“No es la primera vez que la ONU ataca al Vaticano o viceversa, pero nunca habían sido tan clamorosos. La de la ONU, sin embargo, parece una evaluación a mitad del camino entre las consecuencias del peso de la historia por la gestión vaticana y el prejuicio ideológico”, indicó Accattoli.

En esta línea, según Gianni Riotta, periodista televisivo especializado en temas de actualidad y religiosos, el error de la ONU nace de la mescolanza de asuntos muy diferentes en los informes.

“El lenguaje usado (por la ONU) ha sido demasiado superficial, casi de revista del corazón (…) y la mezcla de temas creó caos”, afirmó.

En este sentido, la posición de Riotta se asemeja a la de la portavoz de la conferencia episcopal estadounidense, la monja Mary Ann Walsh, que, si bien dijo que todas las críticas son constructivas, afirmó también que hubiera sido mejor no analizar asuntos tan distantes como el aborto y los abusos a menores.

Enzo Bianchi, también analista vaticano y monje de la abadía de Bosé, cerca de Milán, explicó que, a pesar de que los errores del Vaticano son “una verdad histórica”, el problema es que la ONU no ha reconocido los avances hechos por la Iglesia en ámbito jurídico en los últimos años.

(Es evidente que) no hubo un diálogo honesto y constructivo entre las Naciones Unidas y El Vaticano”, dijo Bianchi.

En este tono, el experto se preguntó por qué la ONU no ha aprovechado la ocasión para que su intervención suscitase un debate también en seno de la sociedad civil, donde estos delitos también ocurren.

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