El chavismo y la oposición salieron ayer de nueva cuenta a las calles, en una jornada en la que el presidente Nicolás Maduro advirtió que no piensa “renunciar, ni un solo milímetro, del poder que me ha dado el pueblo de Venezuela”, mientras las protestas opositoras fueron duramente reprimidas, con saldo de al menos siete heridos.
Desde un escenario montado para la ocasión en la céntrica Plaza Bolívar, Maduro descargó un rosario de acusaciones contra la oposición, principalmente contra el ex alcalde de Chacao, Leopoldo López, sobre quien pesa una orden de detención y a quien espetó: “Entrégate cobarde…”.
Y mientras el jueves denunció un intento de golpe planificado “desde hace tres años” en México por influencia del poeta Gustavo Tovar Arroyo, ayer Maduro acusó al ex presidente Álvaro Uribe de estar detrás de un intento de golpe de Estado contra su gobierno. “Álvaro Uribe Vélez está detrás, financiando y dirigiendo estos movimientos fascistas y pretendía a través de un canal de televisión antivenezolano hacer lo mismo que hicieron aquel 11 de abril del año 2002”, dijo el venezolano, aludiendo al canal de cable NT24, que sacó del aire el pasado miércoles, bajo el argumento de que estaba transmitiendo en vivo “un intento de golpe de Estado” promovido por la oposición.
“Seguiremos en el poder, porque el pueblo está en el poder y seguiremos construyendo el socialismo como futuro de paz, de amor, solidaridad e igualdad del pueblo”, acotó el mandatario. A los dirigentes opositores los tachó de “locos fascistas” y advirtió que “estamos decididos a todo, y frente a un golpe fascista, nosotros profundizaríamos y radicalizaríamos esta revolución”.
También condenó a los grupos armados dentro del oficialismo. “Si quieren estar armados deben irse del chavismo”, dijo tras el reclamo en ese sentido que le hizo el viernes la Conferencia Episcopal.
Mientras los chavistas se concentraron en la plaza Bolívar, miles de estudiantes volvieron a marchar hasta la autopista Fajardo para reclamar por la liberación de los detenidos. La policía respondió con gases lacrimógenos cuando los manifestantes intentaron bloquear la avenida. Ninguno de los siete heridos está grave.
Por la noche se realizó un amplio “cacerolazo” en el este de la capital contra la represión policial a estudiantes. Decenas de automovilistas que pasaban por ahí hicieron sonar las bocinas de sus vehículos, en solidaridad. Horas antes, otros siete jóvenes fueron liberados y quedarían seis detenidos desde los sucesos del miércoles, cuando tres personas murieron y 68 resultaron heridas.
Según voceros estudiantiles, las manifestaciones contra el gobierno seguirán el lunes en Caracas y en el resto del país. “Estaremos en la calle los días que sean estrictamente necesarios, y nosotros estaremos allí de manera pacífica, organizada, tratando de decirle a este gobierno que no puede seguir atropellando a los jóvenes”, dijo el diputado opositor Richard Blanco. Maduro les lanzó una advertencia: “¿Quieren calle? ¡Vamos a darle calle a los que quieren calle!”.
En un comunicado, el secretario estadounidense de Estado, John Kerry, pidió a Maduro liberar a los manifestantes y restaurar la calma.
Chavistas y oposición se miden en las calles
Los seguidores del Chavismo y opositores se vieron las caras en las calles. El presidente Nicolás Maduro ha declarado que no piensa renunciar al poder