El informe que el Comité de Protección de los Derechos de los Niños de la ONU que asegura que el Vaticano adoptó políticas y prácticas que permitieron la continuación de abusos de menores por parte de sacerdotes, está plagado de mentiras y medias verdades, aseguró la Iglesia católica mexicana.
“El documento demuestra que la ONU ha sido presionada por grupos rabiosamente antagónicos a la Iglesia, abortistas, promotores lésbico-gays y SNAP, esa asociación que lucra con el dolor de las víctimas, y tantas más”, se lee en un texto que publicó en su semanario la Arquidiócesis de México.
“Desde los primeros párrafos del documento se puede observar que la ONU tiene en mente mucho más que el problema de la pedofilia”.
En el documento se asegura que la Iglesia Católica es la institución que más ha pugnado por la defensa de los derechos de los niños en todo el mundo.
“Los casos de abusos sexuales por parte de algunos sacerdotes han sido actos criminales deplorables, por los cuales no sólo se ha pedido perdón públicamente, sino que se ha adoptado una política de ‘cero tolerancia’ para erradicar este crimen atroz”.
De acuerdo con la Iglesia, el informe del ONU acusó a la institución de permitir la movilidad de los sacerdotes para protegerlos, pero la normatividad de la Iglesia exige que los sacerdotes cambien de parroquia cada determinado tiempo para enfrentar nuevos retos.
Sin embargo, la Iglesia reconoció que en el pasado algunos Obispos, en una actuación negligente, movieron de parroquia a los abusadores sin hacer caso de las acusaciones y testimonios de la víctimas, propagando así el daño.
“Desde hace varios años, la Iglesia ha puesto medidas muy severas para evitar este tipo de negligencias. En los pocos casos en que esto ha ocurrido, la Santa Sede ha pedido la renuncia de los obispos”.
Para la Iglesia también es falso que la Iglesia no castigue a los sacerdotes que han abusado de menores como acusó la ONU.
“La Iglesia Católica contempla sanciones muy rígidas como expulsar del sacerdocio a los que cometen el abuso sexual; sin embargo, no puede encarcelarlos, como algunos exigen, pues ese castigo compete a la autoridad civil del país en el que el sacerdote haya cometido el delito”.
De acuerdo con la Arquidiócesis, también es falso que la institución haya preferido preservar su prestigio y por ello no entregó a los sacerdotes que cometieron estos crímenes.
“Ninguna institución en el mundo ha reconocido públicamente, como sí lo ha hecho la Iglesia, que en su interior se han cometido estos deplorables crímenes”.
También es falso, precisó, que las autoridades eclesiásticas han rechazado cooperar con las autoridades judiciales y comisiones de investigación.
“A partir del 2011, tras la petición explícita del Papa Benedicto XVI, los obispos del mundo han empezado a cooperar con las autoridades civiles en los casos de abusos de menores cometidos por clérigos, cumpliendo las prescripciones de las leyes civiles de cada país”.