Sin contratiempos y en calma se produjo el arribo de América y Pumas al Estadio Azteca.
Ambos equipos llegaron en autobús, custodiados por elementos de Seguridad Pública y motociclistas que básicamente les abrieron camino para sortear el tráfico.
Al paso de la unidad que transportaba a los universitarios, se escucharon algunas silbatinas de parte de aficionados que se alistaban para entrar al Coloso de Santa Úrsula.
Mientras que el arribo de las Águilas se dio de manera rápida y sólo a la entrada del túnel, algunos aficionados se detuvieron para tratar de ver de lejos a sus ídolos, sin conseguirlo.
Ambos equipos libraron el tráfico gracias a los operativos que se implementaron por parte de Protección y Vialidad, que hicieron fluir la Avenida Estadio Azteca.
Pumas y América se alistan para iniciar ejercicios de calentamiento, mientras un grupo de la Rebel ya se posicionó en la zona general y preferente, separados por una alambrada.
Y mientras los seguidores americanistas brilla por su ausencia, la Goya ya retumba en la casa del América.
Llegan americanistas con tambor de la Rebel
Presumiendo un tambor de La Rebel, así arribó la afición americanista al Estadio Azteca.
Un contingente de fieles azulcremas siempre entonando sus himnos y procedentes del tren ligero, hicieron su entrada con el instrumento musical de la porra rival.
En “dueño”, quien se denominó “El Rata” y perteneciente a La Monumental, comentó que se hizo del tambor en una fiesta de hinchas felinos en Ecatepec.
“¡Vengan por él si se atreven!”, exclamaba el aficionado, a quien sus compañeros le pedían constantemente el botín para tomarse una fotografía.
Después de las 15:20 horas comenzó a llegar el grueso de la porra local, la mayoría del tren ligero y otros más de camiones que se estacionaban a un costado de la Calzada de Tlalpan.
Algunos barristas detonaron cohetes y encendieron bombas de humo, otros más se hicieron de palabras con elementos de la Policía pero el incidente no pasó a mayores.
Los trailers llevan al Azteca
Unos tres mil aficionados, integrantes de las barras de los Pumas, se congregaron en las inmediaciones de Ciudad Universitaria, sobre la avenida Antonio Delfín Madrigal, de donde partieron en convoy al Estadio Azteca.
“El Puma no tiene mujer, el Puma no tiene marido, pero tiene un hijo puto que se viste de amarillo”, cantaron una y otra vez los seguidores auriazules.
En un operativo coordinado por la Secretaría de Seguridad Pública del DF, los fans universitarios se trasladaron al Coloso de Santa Úrsula en aproximadamente 40 camiones y hasta un trailer.
Cerca de 80 seguidores de la UNAM en lugar de transportarse en los autobuses como la mayoría, optaron por hacerlo en un trailer amarillo que también llevaba en su plataforma a un tractor.
Más allá de que algunos de los aficionados ingirieron bebidas alcohólicas en la vía pública, hasta el momento no se ha reportado ningún incidente violento relacionado con ellos.
El trailer y los autobuses fueron estacionados en las inmediaciones del Azteca, por lo que los hinchas ingresaron a pie.