Una bomba colocada en una concurrida terminal de autobuses estalló el domingo cerca de una instalación policial en una agitada zona tribal del noroeste de Pakistán, dejando 14 muertos y 15 heridos, dijo la policía.
La explosión tuvo como blanco los pasajeros de un pequeño vehículo motorizado y un minibús en Kohat, a unos 150 kilómetros (100 millas) al oeste de la capital Islamabad, dijo el funcionario policial Iqbal Khan.
La localidad es fronteriza con las zonas tribales donde reina la anarquía cerca de la frontera con Afganistán, afirmó Khan.
Hasta el momento nadie se ha hecho responsable del ataque, aunque en el pasado la población chií minoritaria de Kohat ha sido atacada por talibanes locales y grupos sectarios aliados. Los chiíes tienen presencia en la ciudad y zonas aledañas.
Khan y el jefe de la policía en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, Nasir Durrani, dijeron que las fuerzas de seguridad efectúan operaciones anti-insurgentes en la región.
Dijeron que los vehículos atacados se dirigían a una zona de mayoría chií y sospechan que los musulmanes podrían ser el blanco del ataque.
Extremistas del Talibán paquistaní libran una guerra sangrienta contra el estado en un intento por derrocar al gobierno y aplicar su versión estricta de la Sharia, la ley islámica.
El gobierno de Pakistán comenzó conversaciones de paz con el Talibán, pero las negociaciones quedaron suspendidas tras la muerte de 23 soldados a manos de una facción del grupo extremista en la ciudad portuaria de Karachi.
Aviones de combate han bombardeado escondites de milicianos en varias zonas tribales cerca de la frontera con Afganistán desde que las negociaciones se vinieron abajo la semana pasada.
Tanto el gobierno paquistaní como los talibanes locales se exigen uno a otro cesar al fuego para reanudar el diálogo.
El primer ministro paquistaní, Nawaz Sharif, ha favorecido desde hace mucho las negociaciones de paz sobre la acción militar para poner fin al derramamiento de sangre, pero también está bajo la presión de los críticos que piden responder a la violencia talibana.
Uno de los críticos es el Movimiento Muttahida Qaumi, un partido político con sede en Karachi. El domingo el grupo convocó a una marcha anti talibán para expresar su apoyo a las fuerzas de seguridad.

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