En cinco minutos, el Gobierno federal anunció la captura de uno de los hombres más buscados: Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El Gabinete de Seguridad, encabezado por el procurador Jesús Murillo Karam, informó que el capo había sido atrapado -sin emplear un solo disparo- cuando se encontraba en un condominio de lujo, en pleno malecón de Mazatlán, Sinaloa.
Guzmán Loera fue detenido, según la versión gubernamental, junto con otra persona. Al momento del operativo naval carecía de escolta.
En los últimos cinco días, la Marina golpeó a la estructura del cártel de Sinaloa con diversas detenciones de operadores en Culiacán.
Incluso Murillo Karam reveló que ya lo habían ubicado y que una operación para capturarlo falló debido a que el capo huyó por medio de túneles y el sistema de drenaje de la ciudad.
“Las puertas de las casas en las que se intervino, estaban reforzadas con acero y eso hizo que los minutos que nos tardamos en abrirlas, sirvieran para el escape por los túneles”, reconoció en la breve conferencia.
“El Chapo” no fue presentado a los medios, como se hacía regularmente en el sexenio pasado con la captura de narcotraficantes.
Esta vez la “presentación” fue sorpresiva, ya que cuando el Gabinete de Seguridad terminó de dar a conocer la captura, el sinaloense salió del hangar de la Marina custodiado por dos elementos de la Armada. Iba esposado y sometido por un marino que lo conducía con una mano en el brazo izquierdo y otra, en la nuca.
Guzmán Loera fue llevado a un helicóptero estacionado afuera del hangar naval, en el AICM, que lo trasladaría al penal de Almoloya, en el Estado de México, lo cual fue aprovechado por los medios para consignar la imagen. La acción sólo duró 40 segundos.
Horas antes, “El Chapo” había sido exhibido hincado, con el torso desnudo, con golpes y con una mano, de uno de los efectivos navales, sujetando su cabeza.
No obstante, del hangar de la Marina salió con una camisa planchada, un pantalón de mezclilla negro y tenis negros. Lanzó una mirada a las cámaras y después siguió su camino, a paso lento, con la vista en el piso.
Guzmán fue acomodado en un helicóptero de la Policía Federal, que partió escoltado por otro de la Marina y uno más de la Fuerza Aérea.
10 días en la mira
De acuerdo con Murillo Karam, “El Chapo” estuvo en la mira de la Marina desde el jueves 13 de febrero.
En coordinación con la Agencia de Investigación Criminal, los marinos ubicaron sus movimientos, posiciones y contactos.
El Procurador aseguró que entre el 13 y el 17 de febrero fueron localizados domicilios donde el capo se alojaba. Algunos de ellos estaban conectados por túneles con siete casas y con el drenaje de la ciudad.
Precisó que para la detención del sinaloense, además de la coordinación de las autoridades mexicanas, se contó con la cooperación de los servicios de inteligencia estadounidense.
Murillo Karam estuvo acompañado de Vidal Soberón, secretario de Marina; Salvador Cienfuegos, de la Defensa Nacional; Manuel Mondragón, comisionado nacional de Seguridad; Eugenio Imaz, titular del CISEN; y Eduardo Sánchez, vocero del Gobierno federal.
Como único orador, detalló que la captura fue producto de una operación trabajada durante varios meses.
Incluso en la última semana, la Marina también golpeó la estructura de Ismael “El Mayo” Zambada, otro de los líderes del cártel de Sinaloa, con la detención de uno de los integrantes de su cuerpo de seguridad.
El Procurador aseguró que esos trabajos derivaron en la captura de 13 sujetos, 97 armas largas, 36 armas cortas, 2 lanzagranadas, 1 lanzacohetes; 43 vehículos, de los cuales 19 eran blindados, 16 casas y 4 ranchos.
El imperio de “El Chapo” se extendió a lo largo de América del Norte, pero también llegó a lugares tan lejanos como Europa y Australia.
El 19 de enero de 2001, escondido en un carrito de lavandería, se fugó del penal Puente Grande, ubicado en Jalisco, gracias a una cadena de sobornos.
Ayer regresó al penal que pisó por primera vez en junio de 1993, cuando fue extraditado de Guatemala.