A un año del surgimiento de los grupos de autodefensa en Michoacán, en el estado impera un descontrol sobre sus funciones.
El Gobierno federal no logró desarmarlos y tampoco ha impedido que continúen “tomando” comunidades.
Aparte, sus líderes han sido puestos en tela de juicio tras revelarse sus nexos con la delincuencia organizada, como es el caso de Juan José Farías Álvarez, “El Abuelo”, uno de los fundadores de las guardias comunitarias.
Por si fuera poco ninguno de los ocho puntos del acuerdo firmado entre el Gobierno federal y los comunitarios el 27 de enero, se ha cumplido a cabalidad.
Las autoridades tampoco han detenido a las principales cabezas de los Templarios, que fue una de las principales exigencias de los grupos de autodefensa.
La problemática fue evadida por Fausto Vallejo en su Segundo Informe de Gobierno.
Para colmo, tras una fractura entre grupos de autodefensa, no es visible un interlocutor claro para el Gobierno federal.
El 13 de enero se firmó el Acuerdo para el Apoyo Federal a la Seguridad de Michoacán. El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, hizo un llamado a los grupos de autodefensa a desarmarse.
Dos días después el Gobierno federal nombró a Alfredo Castillo, comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral en Michoacán, para hacerse cargo de todas las decisiones políticas, sociales, económicas y de seguridad pública en esa entidad.
Una de las primeras decisiones de Castillo fue escuchar a los grupos de autodefensa.
En su primera reunión pública, en Tepalcatepec, amarró un acuerdo de siete puntos con los comunitarios.
El punto 1 y 2 del pacto, firmado en Tepalcatepec las autodefensas se comprometieron a incorporarse a los Cuerpos de Defensa Rural o a las Policías Municipales.
Pero hasta ahora ninguno de los 892 comunitarios que ya elaboraron sus expedientes ha causado alta en alguna de las dos instituciones, de acuerdo con fuentes oficiales.
En lo que se refiere al tercer punto las autodefensas se obligaron a registrar las armas que actualmente poseen o portan ante la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y a su vez el Gobierno federal prometió dotarlos de las herramientas necesarias para su comunicación, traslado y operación.
Hasta el 11 de febrero el comisionado federal para la seguridad en Michoacán dio a conocer el registro de mil 337 armas.
Sin embargo, el registro de armas y una lista con todos los nombres de los integrantes de las autodefensas aún dista de ser complementada, pues los comunitarios persisten con la “toma” de comunidades y por ende, el reclutamiento de nuevos miembros armados.
De acuerdo con fuentes del Ejército unos 600 serían aspirantes a pertenecer al Cuerpo de Defensa Rural.
Sin embargo, el proceso de registro de armas como la elaboración de expedientes está en suspenso.
“Los que se han registrado son aspirantes a eso, pero no hay ni uniformes, está parado ese proceso ante la falta de cumplimiento en el acuerdo, se paró el registro de armas y la elaboración de expedientes”, confirmó un mando militar en Michoacán.
Mantienen sus avances
Esta situación derivó, añadió la fuente castrense, en la insistencia de los grupos de autodefensa en seguir “tomando” pueblos.
“Se les dijo en varias reuniones que ya no debían avanzar y lo hicieron, que debían bajar las armas y las mostraron, no hay un compromiso”, expresó el mando del Ejército que estuvo presente en las reuniones con los comunitarios.
Después del pacto, firmado el 27 de enero, los grupos de autodefensa han tomado al menos seis comunidades como Las Cruces en Tumbiscatío; Pacuán del Río en La Huacana; La Placita en Aquila; Lombardía en Múgica y la periferia de Apatzingán.
El 19 de febrero los grupos de autodefensa rodearon a Uruapan para seguir avanzando hacia Morelia y además incursionaron en rancherías Jicalan, Matanguaran y Presa de Matanguaran.
“Esto ya se torna en una guerra civil porque son grupos armados de forma ilegal que se les permite actuar igual con labores y funciones propias de una autoridad, entonces no tarda en salirse esto de contexto”, advirtió un mando de la Policía Federal en Apatzingán.
Los grupos de autodefensa michoacanos cada día llaman en las redes sociales a continuar “limpiando” de templarios a Michoacán, incluso de sus filas./A.Reforma/Michoacán.