Rusia movilizó aviones de guerra para patrullar la frontera con Ucrania, al parecer dio refugio al presidente fugitivo y se mantenía a la expectativa mientras pistoleros prorrusos ocupaban oficinas gubernamentales en la región estratégica de Crimea, profundizando la crisis del nuevo gobierno ucraniano en formación.

La movilización constituye un desafío inmediato para las nuevas autoridades ucranianas que buscan establecer un gobierno interino para el país, cuya población está dividida entre prorrusos y prooccidentales. El nuevo primer ministro afirmó que el futuro de la nación está en la Unión Europea y en relaciones amistosas con Rusia. Mientras tanto unos 150.000 soldados rusos efectuaban ejercicios militares tras la frontera.

Un respetado organismo de prensa ruso reportó que el presidente ruso Viktor Yanukovich, que fue desalojado de Kiev por un movimiento de protesta de tres meses, estaba en un sanatorio en las afueras de Moscú.

“Tengo que pedir a Rusia que me brinde protección de los extremistas”, dijo Yanukovich en una declaración difundida por agencias noticiosas rusas el jueves. Agregó que todavía se considera presidente.

Poco después, las mismas tres agencias rusas atribuyeron a un funcionario ruso no precisado haber dicho que el pedido de protección de Yanukovich “fue atendido en el territorio de Rusia”.

Oleksandr Turchinov, que asumió como presidente interino después de la fuga de Yanukovich, condenó la ocupación de edificios del gobierno en Crimea como “un crimen contra el gobierno de Ucrania” y advirtió que cualquier incursión de las fuerzas rusas fuera de su base en Crimea “será considerada una agresión militar”.

“Personas no identificadas con armas automáticas, explosivos y granadas han ocupado los edificios del gobierno y del Parlamento en la región autónoma de Crimea”, dijo. “He impartido órdenes a los militares para que usen todos los métodos necesarios para proteger a los ciudadanos, castigar a los criminales y liberar los edificios”.

En Kiev, los legisladores eligieron a Arseni Yatseniuk como primer ministro. Enfrentará la tarea enormemente complicada de restablecer la estabilidad en un país no solo dividido políticamente sino en el umbral del desastre financiero. El funcionario de 39 años fue ministro de economía, canciller y presidente del Parlamento antes de que Yanukovich asumiera en el 2010, y se le considera un tecnócrata reformista que disfruta del apoyo de Estados Unidos.

Poco antes de que los legisladores lo eligieran, Yatseniuk afirmó que Ucrania no desea un enfrentamiento con Rusia aunque insistió en que el país no aceptará la secesión de la región sureña de Crimea.

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