Los republicanos rechazaron el nuevo presupuesto del presidente Barack Obama de 3,9 billones de dólares por considerarlo nada más que un manifiesto demócrata para las elecciones de noviembre, pero el plan de gastos ha sido criticado por otro sector: los grupos opuestos al déficit.
Obama envió el martes a los legisladores un presupuesto para el 2015 con propuestas que tienen escasas posibilidades de ser ley. Entre las disposiciones figura un billón de dólares en nuevos impuestos —en su mayor parte a las grandes corporaciones— y un compendio de gastos para proteger a los consumidores, investigar el cambio climático y mejorar la tecnología en las escuelas.
El documento describe incluso una reducción de 2,2 billones de dólares en el déficit presupuestario a lo largo de 10 años, aunque la mayor parte de los ahorros propuestos, incluyendo nuevos impuestos y reducciones de los pagos gubernamentales a los proveedores del Medicare, tienen escasas posibilidades de ser aprobadas por el Congreso. Casi un tercio de esos ahorros está basado en la teoría del fin de la guerra en Irak y la retirada de Afganistán.
Ello quiere decir que el principal impacto del presupuesto es político: reforzar los argumentos demócratas de que intentan acortar la distancia entre ricos y pobres al mismo tiempo que crean puestos de trabajo. Los republicanos, que consideran la reducción de impuestos la mejor forma de reforzar la economía, criticaron el plan.
“El presidente optó una vez más por el golpe de efecto político en un presupuesto más inclinado a entusiasmar a las bases del presidente en año de elecciones que solucionar los desafíos más persistentes a largo plazo de la nación”, dijo el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
“Este presupuesto no es un documento económico serio, es un panfleto electoral”, dijo el presidente de la Comisión Presupuestaria de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan.
Obama y sus aliados demócratas lo ven de forma diferente.
“Es un mapa para crear puestos de trabajo con buenos salarios y ampliar las oportunidades para todos los estadounidenses”, dijo el presidente mientras visitaba una escuela elemental en la capital de Estados Unidos. El mandatario agregó que su plan reducirá el déficit presupuestario con mayores impuestos a los más acaudalados y otros ahorros, “no poniendo el peso en las personas que menos pueden costearlo”.
Pese a sus palabras, la presión para que los legisladores reduzcan de forma notable el déficit presupuestario no ha prosperado.

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