El “Canelo” se puso rabioso.
En el ring se vio que a Saúl Álvarez le dolió perder el invicto y el cetro mundial en septiembre pasado ante Floyd Mayweather Jr., pues el que pagó los platos rotos fue Alfredo “Perro” Angulo en una repleta Grand Garden Arena del Hotel MGM Grand & Casino.
El joven de 23 años ganó por nocaut técnico a los 47 segundos en el décimo asalto, algo que se presentó cuando el réferi Tony Weeks decidió meterse a parar el combate.
La decisión no dejó conforme a muchos asistentes. Hubo abucheos y hasta volaron objetos al cuadrilátero al decretarse el final.
“Yo respeto mucho la decisión de la gente, pero el réferi la paró y que se puede hacer”, dijo Álvarez mientras la gente recriminaba. “Yo dominé toda la pelea y estábamos peleando”.
Por su parte, Angulo expresó: “Tony Weeks (réferi) hizo un trabajo espantoso”.
La realidad es que el tapatío fue muy superior durante todo el pleito. Había ganado ocho asaltos por sólo uno del rival.
Álvarez conectó un fuerte upper cut que le sacudió la cabeza a Angulo, cuando el réferi decidió intervenir, pese a la negativa del “Perro”.
En los asaltos previos, Angulo se llevó golpes de todos sabores. Era un pleito de un solo lado, a excepción del asalto ocho cuando los golpes de ambos levantaron al público de sus asientos.
La efectividad del tapatío fue mermando al “Perro”, al conectarle el 58% de sus golpes, mientras que Angulo solamente 14%.
Previo a la pelea, los organizadores realizaron un pesaje, mismo que no fue público, pero se obtuvo información que Saúl pesó 166 libras, por lo que ya no hubo problemas contractuales. Angulo tampoco se pasó del límite.
Ya para la noche, Showtime dio a conocer que el tapatío pesó 170 libras y Angulo 174, pero aquí ya no tenía que ver nada el acuerdo.

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