Después de haber partido de Celaya a los 12 años cargando el sueño de ser un gran músico, Christian Tumalan Nava, pianista y director de la Pacific Mambo Orchestra, regresó con una realidad: el Grammy al mejor disco latino tropical.
Volvió a la ciudad donde nació, a la tierra de sus recuerdos, de los amigos de la infancia en el Colegio Panamericano donde estudió la primaria, al lugar donde sus padres lo vieron crecer junto con su más grande anhelo de ser músico; a la ciudad a donde quiere traer a su orquesta y su música que lo hicieron llegar al máximo premio a la música en el mundo.
Sus 33 años de vida están llenos de anécdotas, desde su propio nacimiento justo un 1 de agosto de 1980, Día del Telefonista que coincidió con la profesión de su padre Andrés Tumalan.
“Desde que nació (Christian mostró sus habilidades musicales)”, contesta sonriendo y sin titubear su madre la señora Esthela Nava.
“A los 3 años dejó claro que iba a ser artista, porque a esa edad ya tenía su pianito de juguete y ya sabía poner el disco y era música clásica de Mozart, Beethoven, Richard Clayderman, Juan Torres, él ponía su música clásica o instrumental, en particular Richard Clayderman”, relató.
Cuando ya tenía 5 años, Christian comenzó sus clases de piano en la Casa de Cultura de Celaya y a los 6 años hizo una de sus más memorables travesuras.
“Mi mamá tenía un disco de Richard Clayderman y me comenta que cuando tenía como 4 años yo me la vivía pegado a ese disco y un día agarré un marcador de aceite y lo pinté (un piano) en la mesa (para simular que tocaba), y mi mamá me dio una tremenda (regañada), pero desde chico yo siempre supe lo que quería hacer”, recuerda Tumalan.
Y a su madre tampoco se le olvida: “Era una mesa de madera, la acabábamos de comprar, casi le pego, de momento me enojaba pero era un tanto permisiva, los dejaba ser libres”.
Siempre fue perseverante, ese es su sello, señala su mamá, pues empeñarse en la música no fue lo único que hizo en Celaya.
“Fue muy sensible en muchos aspectos, por ejemplo amaba las mascotas, recogía animales, los curaba, los daba en adopción, tuvo una perra que recogió de la calle y la llamó Quina en honor a una perrita muy fina que nos regalaron y que se murió en menos de una semana porque le cambiamos la alimentación.
“Era muy activo, en la esquina de sus libretas dibujaba caricaturas y conforme iba avanzando la hoja, iba moviéndose la caricatura, eso lo llevó a hacer una revista que vendía a sus compañeros de la primaria, se llamaba: ‘La aburrida, pero divertida’ en la que contaba chistes, escribía noticias y consejos, la vendía a sus amigos para tener dinero y comprar juguetes”.
Desde niño Tumalan siempre cumplió sus sueños, dice su madre, vendía de todo: gomas, lápices, incluso ropa interior para dama, ya fuera en la escuela o casa por casa.
“Tuvo gatos, perros, pollos, pericos, hámster, peces, que compraba con las ganancias de lo que vendía. Vendió de todo, lo más raro fue verduras y pantaletas de mujer a las señoras, y todo eso es porque Christian siempre tuvo un concepto de actitud ante la vida”.
Y desde 5 años ya no dejó de prepararse: “Nunca desertó, quería aprender piano”, narró su madre.
Y aunque es el pianista de la Pacific Mambo Orchestra, él recuerda que lo primero que tocó fue el órgano, influenciado por el también guanajuatense Juan Torres.
Su primer concierto fue en la Blanca Mérida, al concluir un curso de piano en la Casa de Cultura cuando apenas rebasaba los 12 años.
En esa ciudad conoció a un nieto de Pedro Infante, quien le regaló su primer piano.
En la Ciudad de México estudió para Concertista Clásico de Piano, tomó un diplomado en Composición Contemporánea, y tomó clases de jazz, hizo además parte de su carrera en Ingeniería de Audio con Fernando Rivas.
“Me sugirieron, bueno, cuando uno llega a Estados Unidos te dicen: vete a Mc Donald’s o algo así, yo dije no, aunque no tenga para pagar mi renta, voy a hacer lo posible para trabajar mi carrera. No fue fácil, cuando llegó mi divorcio, me tocó un poco difícil, no me da pena decirlo, viví en mi carro dos semanas, no tenía recursos, en Estados Unidos cuando no tienes familia, la vida es muy dura”, recordó Christian Tumalan Nava.
“Mis primeros trabajos fue una orquesta en Estados Unidos con Julio Bravo muy popular en la bahía de San Francisco, empecé a grabar proyectos de jazz”.
Se enfocó en la música tropical porque ahí encontró la posibilidad de expresarse en su máxima capacidad.
‘PMO’, el título de su álbum contó con la intervención de más de 35 músicos, tuvo la intervención del músico Karl Perazzo, el cantante Willy Torres, el virtuoso del jazz Kenny Washington, y otros músicos de trayectoria.
“Fue grabado, mezclado y marterizado en mi estudio, yo lo hice, son en total 35 músicos en el disco. Este disco reúne toda esa riqueza desde músicos de alto nivel y tiene una variedad, la primera pieza empieza con un piano clásico, rompe en un ritmo afro cubano y en una descarga colombiana. Tenemos la primera bachata que se logra a nivel orquestal”.
y fue una composición a mi esposa cuando pensaba que ya no me quería, es la canción número 9, se llama ‘Te quiero querer como ayer’ y la compuse en dos horas, antes de entrar al estudio”.
Tras el premio, dos grandes disqueras le han propuesto firmar contratos, pero Tumalan se negó.
“Las disqueras grandes te financian todo pero la porción que te llega como artista es muy poca, yo me pregunto para qué quiero disquera si ya he llegado a lograr lo que un artista con disquera llega a hacer”.
No sólo le ganó a grandes y reconocidos artistas como Carlos Vives, Marc Anthony, Sergio George o los Ángeles Azules que también estaban nominados, lo hizo con su primer disco.
Antes del Grammy premio, Pacific Mambo Orchestra, conformada por 19 músicos, y su director Christian Tumalan Nava, eran poco conocidos.
Ahora todo mundo sabe que su director es de Celaya y recorrerá el globo porque ya firmó una gira para llevar su música a Europa. Estará en Alemania, Francia, Inglaterra, posiblemente en Japón, y Canadá y desde luego en Latinoamérica, comenzando por Guanajuato a donde podría venir en octubre.
“Es un orgullo para mí ser celayense, desde que gané el Grammy mve preguntaron de dónde soy y sin duda dije: celayense, es una cosa que realmente me he sentido muy orgulloso porque sé que nuestro pueblo es un pueblo trabajador, es un pueblo muy talentoso y mi mensaje acá es de que cuando uno tiene sueños, no importa que tan grande sea, es posible lograrlos, con el esfuerzo, la intención correcta y echándole las ganas”.
‘Huesped Distinguido’
Ayer en la ciudad, fue recibido por el alcalde Ismael Pérez Ordaz y nombrado “Huesped Distinguido”, lo acompañó su esposa Maya Carina, en rueda de prensa estuvo también su madre.
“Ese es mi mensaje, nosotros le ganamos a grandes compañías disqueras Warner Music entreteirment, Warner Music, nosotros somos independientes, realmente soy yo y mi socio, así sentado en un cuartito, así cerramos el proyecto con estrategias, y hablando con gente, con comunidad hicimos esto posible y nos dieron el Grammy gracias a Dios por ese esfuerzo y ese es el mensaje que quiero darle a mi pueblo, es posible cuando le echas ganas”.
El momento del Grammy
Para mí ya era un honor estar nominado y al ver la magnitud de las personas que estaban nominadas, dijimos: no va a ser posible, y nos invitaron a la ceremonia de los Angeles California; llegamos, conocimos a muchas celebridades, a Armando Manzanero fue una sorpresa verlo por allá, Gloria Estefan, Joan Sebastian.
“Salieron las categorías y anunciaron mi proyecto ganador y fue una experiencia, primero porque yo no estaba ahí con la idea de ganar, yo nada más quería estar ahí, ya era un honor para mí estar compitiendo con los nombres más grandes de la industria y estamos para tener la experiencia, y cuando me anunciaron ganador, fue una experiencia que no la puedo describir, tuve que meditar antes que hablar”, recordó Christian Tumalan.