La violencia, la falta de empleo y la desigualdad social son factores que han aumentado el número de jóvenes que padecen depresión, la que los puede llevar hasta el suicidio y en los casos más dramáticos a anunciarlo en las redes sociales.
La Secretaría de Salud de Guanajuato informó que actualmente atiende a través del Centro de Salud Mental 358 casos de depresión y durante el 2013 fueron un total de 2 mil 568 personas atendidas con ese problema.
Especialistas, psicólogos y antropólogos coinciden en que las causas de depresión y de suicidios están ligadas a problemas actuales como falta de oportunidades y la violencia que se vive.
Para el antropólogo Social de la Universidad de Guanajuato, Ricardo Contreras Soto, el panorama actual, tanto en la ciudad, como en el estado genera incertidumbre sobre lo que pueda acontecer en un futuro.
“No solo los jóvenes, aunque son el sector del que depende en un futuro la sociedad, los padres de familia también ven cómo la violencia genera incertidumbre… incluso muchos ya buscan mejores oportunidades de vida en otros lugares, en donde los índices de delincuencia no se han disparado, como en el norte del país o aquí en el centro.
“Los mismos alumnos comentan que quieren salirse del estado, a vivir a lugares con mejores oportunidades y donde tengan mayor calidad de vida, estar en una ciudad en donde se vive con miedo, ya sea Celaya, estados del centro o norte del país, para ellos no es una vida de calidad”, dijo.
No todo está perdido
Para tratar el problema de la depresión juvenil, de acuerdo a la psicóloga Clínica, Lorenia Herrera, es necesario visualizar los focos de alarma.
“Los jóvenes siempre han tenido el reto del futuro, de luchar por conseguir mejores oportunidades, pero cuando el presente parece ser un caos, en cuanto a violencia se refiere, entre sus propios conflictos personales, muchos tienden a pensar que lo que se avecina en lugar de ser mejor, será peor de lo que viven en que el presente.
“Primero hay que poner atención, muchas veces el comportamiento depresivo se asocia con la edad, dicen porque está joven se comporta de tal manera, pero se tiene que diferenciar una cosa, y la otra, ver a los chicos distraídos, poco participativos, con una aversión social y una crítica constante a lo que ocurre, puede ser un signo principal y que se tiene que atender, puede ser un trastorno psicológico, como lo es la depresión”, informó.
Subrayó que tanto la ansiedad como la depresión se han disparado en más de un 50% y que el tratamiento profesional adecuado, como una buena comunicación con los padres puede cambiar ese malestar.
Agregó que la problemática de padecer depresión a edades tempranas, se debe a un incremento de factores de riesgo, como la exposición a la violencia, no sólo la violencia física que impactan, sino también ser testigos de violencia, o las agresiones en la escuela, lo cual se junta con una vulnerabilidad que se tiene de entre 40 y 60%, de trastorno mental por factores genéticos.
Finalmente, la especialista dijo que los suicidios e intentos van a la alza, y es que la violencia es uno de los factores determinantes de la sociedad en la actualidad.
Faltan empleos
Salvador Muñoz tiene 24 años, es desempleado y dice estar deprimido.
“Me deprime ver un país en donde se están matando frecuentemente unos con otros, me deprime que desde hace dos años que termine mi carrera y que me esforcé por obtener un título universitario, no tenga aún una oportunidad digna de trabajo al igual que muchos de mis compañeros, y que los empleos que hay no te garanticen ingresos para por lo menos vivir sin carencias.
“Es una nación en donde se pregona la libertad por sus gobernantes, pero vivimos cautivos en un sistema de corrupción donde sólo los que tienen dinero parecen vivir bien y los que luchan, por más que traten, no progresan”, contó Salvador, quien además dice que la falta de empleo y recursos le ha ocasionado conflictos dentro de su familia.