“¿Qué hacemos?”, es la contundente muestra de resignación que expresan vecinos de la colonia Las Hilamas, donde la madrugada del domingo un policía fue asesinado.
En el anonimato, con evidente temor a represalias, habitantes de esta colonia comentaron que es muy común que en la zona ocurran incidentes como cristalazos, asaltos y riñas entre pandillas, aunque pocas veces hay peleas entre policías y pandilleros, como sucedió este domingo.
Platicaron que al ser una zona muy peligrosa por las pandillas que se reúnen ahí, la Policía no asiste frecuentemente, salvo algunos rondines para “despistar”.
Ante la poca respuesta de la autoridad, los vecinos optan por llegar temprano y no salir después de las 9 de la noche para no arriesgar, aunque aun así pueden verse afectados.
“Yo tengo dos años viviendo aquí, vivía en Villas de San Juan y fue un gran error cambiarme para acá, estoy viendo la posibilidad de irme para el rumbo de Comanjilla. A las 9 de la noche ya estamos todos en casa, tengo tres hijas y ni siquiera dejo que salgan, prefiero ir yo a hacer los mandados”, comentó un vecino de la calle Sierra del Fraile, en la cual fue asesinado el policía.
Entre graffitis, cristales rotos, departamentos desvalijados y abandonados, los habitantes de Las Hilamas recuerdan lo acontecido cerca de la una de la mañana, cuando unos 6 policías llegaron a uno de los edificios de la mencionada calle y se llevaron a pandilleros que estaban drogándose.
“Se los llevaron y ya cuando se iban los policías, (los pandilleros) empezaron a aventarles piedras, los policías se regresaron y todos se escondieron en los edificios.
“Los policías entraron a los edificios y empezaron a abrir puertas y ventanas a la fuerza para sacarlos, hasta golpearon a una señora que estaba escondiendo y solapando a su hijo. Las pedradas seguían y fue cuando llegaron más policías y empezaron a disparar, se escucharon varios balazos”, narró una empleada de un negocio de botanas.
Dijo que dos pandilleros fueron alcanzados por las balas. Indicó que cerca de las tres de la mañana todo se tranquilizó.
“Yo no vi nada, escuché las balas y ya después me di cuenta que le arrojaron la puerta de la azotea. Es una tapa parecida a la de las coladeras con la que se puede subir hasta arriba del edificio. Es terror lo que uno siente en esos momentos, esperando que se acabe lo más rápido posible”, explicó un vecino.
En realidad, según las autoridades, al policía Alejandro Miranda Ortiz le provocó la muerte la tapa de un tinaco.
Un señor que dijo llamarse Ricardo resumió lo que pasa en el lugar.
“Uno tiene que meterse temprano, si a los policías les hacen eso, qué será a nosotros”.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *