El presidente Nicolás Maduro concurrió al sepelio de un militar muerto tras ser herido de bala en la cabeza, al tiempo que el máximo tribunal de justicia del país ordenó a varios alcaldes impedir las barricadas en las áreas bajo su jurisdicción.

Paralelamente la Plaza Altamira en el municipio de Chacao, que durante semanas ganó notoriedad por los enfrentamientos violentos entre manifestantes opositores al gobierno, civiles armados y fuerzas del orden, retomaba lentamente a la calma el martes tras ser desalojada la víspera por las fuerzas de seguridad.

Maduro participó el lunes por la noche del sepelio del capitán José Guillén Araque realizado en la Academia Militar, ubicada en Caracas. Guillén Araque, quien falleció en la ciudad costera de Maracay, fue una de las 26 personas que perdieron la vida en más de un mes de conflicto en las calles de Venezuela.

El mandatario insistió en que se trató de un plan golpista para derrocarlo, que se está extinguiendo.

“Lo estamos venciendo con la movilización de la conciencia del pueblo, de las mayorías; lo estamos venciendo con la actitud firme de nuestras Fuerzas Armadas Nacionales Bolivarianas, de la Guardia Nacional como uno de sus componentes”, expresó Maduro según un reporte de la oficial Agencia Venezolana de Noticias.

En lunes en la noche manifestantes se congregaron en la Plaza Altamira pero, a diferencia de otros días, la protesta fue pacífica y no se reportaron enfrentamientos.

“El municipio Chacao se encuentra con buena movilidad vial, calles abiertas. Presencia militar”, dijo en su cuenta de Twitter el alcalde de ese municipio, Ramón Muchacho.

La circulación de carros y motos por las calles es vital para una ciudad como Caracas de dos millones de habitantes y donde la densidad vehicular es enorme.

En este sentido el Tribunal Supremo de Justicia ordenó a los alcaldes Daniel Ceballos del municipio San Cristóbal, estado Táchira; Gustavo Marcano del municipio Diego Bautista Urbaneja, estado Anzoátegui; Eveling Trejo de Rosales del municipio Maracaibo, estado Zulia, y al propio Muchacho, aplicar acciones para evitar la ejecución de “guarimbas”, como se llama a las barricadas, en esas jurisdicciones.

Según el máximo tribunal estos funcionarios -los cuatro de la oposición- deben garantizar el libre tránsito de personas y vehículos. La misma disposición rigió hace algunos días para otros alcaldes en cuyas áreas se produjeron estas barricadas.

Desde febrero Venezuela se ha visto sacudida por las protestas de universitarios y opositores, esencialmente de clase media, contra la galopante inflación -que alcanzó en febrero una tasa anualizada de 57,3%-, el desabastecimiento de bienes básicos y la creciente criminalidad. Las manifestaciones han dejado al menos 26 muertos.

Maduro rechazó estas manifestaciones, que califica como parte de un plan de la oposición para promover un golpe de Estado en coordinación con grupos de intereses de Estados Unidos.

El bloque oficialista que lidera Maduro, que ganó fácilmente las elecciones municipales en diciembre, se mantuvo cohesionado en medio de la crisis política y económica que enfrenta el país. En la tensa situación el mandatario contó con el apoyo de la Asamblea Nacional, que es controlada por el oficialismo, el Poder Judicial y las fuerzas armadas.

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