Gustavo Madero se saltó las trancas, faltó a su palabra y le alborotó la Asamblea Nacional a Cecilia Romero, su sucesora en la presidencia del Partido Acción Nacional.
Bastó un mensaje en Twitter para que Madero, que busca su reelección al frente del blanquiazul, descompusiera las cosas.
“Buenas noches. Mañana temprano a la AsambleaPAN”, avisó Madero la noche del viernes.
El chihuahuense y su rival en la interna, Ernesto Cordero, se habían comprometido ante Romero a no asistir a la asamblea en la que se integró el nuevo Consejo Nacional.
Integrantes del Comité Ejecutivo Nacional se pusieron de pestañas. Romero no pudo ubicar a Madero, y encargó a uno de sus allegados buscar a Cordero para proponerle que asistiera a la asamblea, pero el Senador con licencia rechazó la invitación.
A temprana hora de ayer, antes de que se trasladara al Gimnasio Olímpico, Romero por fin localizó a Madero para reclamarle su cambio de planes.
“Lo único que puedo decirle es que la sangre no llegó al río”, explicó la lideresa cuando salía del Gimnasio Juan de la Barrera rumbo a la sede panista.
“Sí se complica el tema (de la asamblea), pero no puedo evitar que asista en su calidad de delegado. Yo hice una invitación y ellos declinaron”, dijo en tono ecuánime.
Al llegar, Madero buscó la mesa de registro, pasó lista y se introdujo a la asamblea.
Cuando irrumpió en el gimnasio, arropado por decenas de seguidores, se desataron las porras para él y para Cordero.
“¡Ma-de-ro!” “¡Ma-de-ro!” arengaban unos. “¡Cor-de-ro!” “¡Cor-de-ro!”, respondían otros.
“Siempre consideré asistir como delegado, no como candidato”, argumentó en entrevista.
“¿Y el acuerdo que tomó con Cecilia Romero?”, se le preguntó.
“No, fue hace tiempo y ella invitó a los candidatos a que subiéramos y habláramos, y a eso siempre dijimos que no estábamos de acuerdo. Yo soy delegado y no vengo como candidato. Voy a estar sentado, no voy a subir y no voy a intervenir”, respondió.
Para entonces, Romero ya había circulado un boletín en el que cuestionaba su presencia.
“Gustavo Madero, como ex presidente del Partido, tiene derecho a asistir a la Asamblea Nacional en su calidad de consejero ex oficio; pero él había manifestado expresamente que declinaría a hacer uso de ese derecho.
“Sin embargo, el día de ayer decidió cambiar de opinión y asistir a la Asamblea Nacional Ordinaria”, apuntó la dirigente en el comunicado.
El diputado Max Cortázar, jefe de campaña de Cordero, tronó contra Madero por “faltar a su palabra” y dejar ver su intención de “hacer trampa”
“Es muy lamentable. Tanto en la vida como en la política, con lo que una persona cuenta es con su palabra. Había un acuerdo claro, junto con la dirigente nacional, de que los candidatos no vendrían. Había un compromiso y Madero optó por venir, pero a mí no me extraña”, deploró.
Al llegar al evento, Cortázar reveló que la propia Cecilia le había llamado para recordarle el acuerdo de no asistir.
“No hay forma de creerle a Madero y su siguiente paso es querer hacer trampa. Yo sí creo que es su verdadero rostro”, reclamó.
En tanto, el equipo corderista circulaba un comunicado de su candidato, quien reprochaba a Madero su falta de palabra.
“Más allá de la capacidad jurídica que se tenga para poder asistir a esta Asamblea, es por demás lamentable constatar que la palabra empeñada no tiene valor para Gustavo Madero.
“Que los llamados a la prudencia, orden y civilidad emitidos por nuestra dirigencia nacional han sido ignorados por el candidato; y que, a pesar de que en las últimas horas la propia Cecilia Romero insistió en la importancia de que el aspirante a la reelección se mantuviera en lo dicho, Madero, simple y sencillamente, se negó y, con ello, faltó a su palabra. Qué pena”, dice el documento.

El desplante
Sentado en las gradas, Madero seguía el desarrollo de la asamblea.
Desde ahí escuchó el discurso de Romero, quien apelaba a la prudencia de los dos candidatos para no buscar la “aniquilación del otro”.
En el día después, advirtió, “aquí vamos a seguir todos los que queremos a este partido y nadie debe impedir que lo hagamos juntos, sin agravios ni rencores”.
Luego de que los nuevos consejeros rindieron protesta, la asamblea llegaba a su fin.
Desenfrenado, Madero bajó a la duela y se placeó, acompañado por su compañero de fórmula, el diputado con licencia Ricardo Anaya.
Antes, el Gobernador de Puebla, Rafael Moreno, ya se había tomado una foto con él.
Muy cerca, el secretario de Elecciones, Arturo García Portillo, reclamaba a Carlos Olson, allegado a Madero, el desplante del chihuahuense.
Le advertía que el más perjudicado, a la postre, iba a ser su propio partido.

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