Lagrimeo, dolor, visión borrosa, secreción ocular, carnosidad, ojo rojo y seco e irritación son causas de exposición prolongada al sol de forma directa o indirecta, por medio de los reflejos, alerta la oftalmóloga Sandra Navarrete Betancourt.
La forma de prevenir estos padecimientos, explica en un comunicado, es utilizando lentes oscuros con filtros ultravioleta, polarizados o que se oscurecen progresivamente, ya que si se emplea un lente sin filtro es igual a no traer protección.
La especialista asegura que la población en general no tiene cultura de prevención y el uso del lentes oscuros se ve como algo estético y de moda, y en realidad es protección que se debe inculcar desde la niñez.
Agrega que con el uso de estos anteojos se podrían evitar enfermedades como queratitis, carnosidades, cataratas y pérdida de visión.
Menciona que pese a que no se esté directamente expuesto al sol, el reflejo que éste proyecta en la nieve, agua, arena y vidrios puede provocar queratitis (inflamación ocular).
La especialista advierte que la exposición al sol con frecuencia provoca crecimiento fibrovascular en la superficie del ojo, llamado pterigión, mejor conocida como carnosidades.
Cuando una persona está expuesta al sol de manera prolongada desarrolla estos crecimientos, que pueden ser tan grandes que provocan que disminuya la visión.
Quienes presentan más riesgo de padecer carnosidad son los que trabajan sobre la vía pública, albañiles o choferes, por ejemplo, ya que los rayos ultravioleta son el principal factor que desencadena el crecimiento de los pterigiones.
Indica que los rayos solares pueden ocasionar cataratas, que es el desarrollo de la absorción de rayos ultravioleta que dañan al cristalino y al opacarse disminuye la visión en grados variables.

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