El primer día de trabajo de Crystal Morrow como operadora de la línea de emergencias 911 del condado de Dekalb, Atlanta, acabó convirtiéndose en una prueba definitiva para los meses de entrenamiento durante los cuales se preparó para el oficio.

Tras haber contestado a varias llamadas, Morrow recibió una que provenía de una voz que le resultaba muy familiar.

“Oí su voz y vi como su nombre aparecía en la pantalla: era mi tía”, declaró la joven estadounidense.

“Me quedé congelada. Literalmente, mis manos se quedaron petrificadas sobre el teclado, pero sabía que tenía que actuar”, añadió.

Su tía estaba llamando a emergencias porque su hermano, el padre de Morrow, tuvo un ataque de diabetes.

“Como había tanta gente en la oficina, no podía creer que fuera yo quien estaba recibiendo la llamada, y era aún más loco pensar que era mi primer día de trabajo”, aseguró la operadora novata.

Aunque en su interior estaba aterrorizada, hizo uso de su entrenamiento para mantenerse calmada y ayudar a su tía, a la que indicó paso a paso lo que tenía que hacer para asegurar la salud de su padre mientras llegaba la ambulancia.

Su tía nunca supo que era su sobrina la que estaba atendiendo la llamada.

Una vez en el hospital, su padre pudo recuperarse perfectamente.

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