El premio Nobel caribeño Derek Walcott ve a la escritura como una fuente de fortaleza.
A sus 84 años el poeta, galardonado con la máxima distinción literaria en 1992, todavía se siente animado por viajar y leer a otros autores pese a que recientemente sufrió una embolia que lo ha obligado a usar silla de ruedas.
“Siempre he escrito igual desde que era joven, no creo que mi poesía haya cambiado, quizá haya algunas variaciones pero no mucho”, dijo el martes en una conferencia de prensa en la Capital mexicana a propósito de su participación en las celebraciones por el centenario del nacimiento del poeta Octavio Paz.
“En términos de la edad y la obra espero que no esté tan senil, no creo que mi editor publicaría el trabajo de un viejo senil. Definitivamente estoy consciente de mi edad y del deterioro de mi cuerpo, todo lo que viene con la edad. Pero un poeta que es un gran ejemplo de la fortaleza mental es (Ezra) Pound, trabajó hasta que tenía casi 90 años”.
A diferencia de vates cuya llama literaria se apaga pasada la juventud, Walcott alcanzó el punto más alto de su carrera con el poema épico “Omeros”, que publico a sus 60 años.
“Con la edad se da por hecho que todos los poetas son sabios, pero no es así. Octavio sí logró eso”
El también dramaturgo, nacido en Castries, Santa Lucía, consideró que Paz junto con Carlos Fuentes y García Márquez definió el panorama de la literatura Latinoamericana, al cual exaltó por su vitalidad. Aunque reconoció que la barrera del idioma lo obligó a leer a Paz en traducciones y esto era algo que lamentó.
“El lenguaje hace la forma del poema, el surrealismo es casi natural para el español porque la metáfora es natural para el idioma. el español es la lengua de la metáfora”, dijo mientas que para dar un ejemplo de las diferencias entre el castellano y el inglés, la lengua materna de Walcott, citó a García Lorca en español. “Cantan los niños en la noche serena”, dijo. “La fluidez de esto es espectacular y en la noche serena, lo importante es la ch y la s, todo eso pasa por el español, el español está lleno de cosas así, pero estamos traduciendo y lo que perdemos en las traducciones es la magia”, agregó el autor de “Pleno verano” y “El viajero afortunado”.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *