Hoy cumple cuatro años y ya es tiempo de que autoridades y encargados del Museo de Celaya, Historia Regional, vayan pensando en ampliar el inmueble que lo alberga o buscar otro sitio que pueda soportar su crecimiento.
Aunque no es algo urgente, el coordinador del Museo, el historiador Rafael Soldara Luna adelantó que ese será una prioridad en unos 10 años.
“La posibilidad de ampliación se contempla en el que las opciones serían creer la infraestructura, adquirir otro inmueble para la reubicación, que se convertiría un una necesidad importante para los próximos 10 años”, contó Soldara.
Y es que de acuerdo al historiador, el Museo tiene que seguir fortaleciendo y consolidando como una institución que crezca, que pueda expandirse, de tal manera que cuenten con un espacio que les permita abordar diferentes temáticas, en el que haya espacio para poderlos exhibir muebles y otros objetos con mucho mayor detalle, como la historia de la cajeta en Celaya.
“En las condiciones actuales sería muy difícil por ejemplo traer a exhibir cazos originales para la elaboración de cajeta, con dos o tres llenaríamos una de nuestras salas”.
Agregó que a cuatro años de haber abierto, el Museo está en una etapa muy interesante dadas las circunstancias que actualmente vive la ciudad y que los proyectos en puerta se pueden resumir en tres.
“El Museo de Celaya me parece que está en una etapa muy interesante que requiere todavía del apoyo de la ciudadanía, nos ha interesado que lo que la gente quiere decir, lo que en este lugar esté representado como parte de la identidad de los celayenses”.
“Son lecturas en braille para visitantes con capacidades diferentes, textos traducidos al inglés y japonés, así como llevar el museo a las escuelas”.
Rafael Soldara planea seguir con el fortalecimiento del Museo, acercándose a instituciones que les permitan alimentar el acervo.
“Hay muchísimo por hacer en Celaya, de investigar, recuperar patrimonio, de fortalecer la vinculación con la ciudadanía y de seguir aportando distintas propuestas y proyectos que nos ayuden a conocer mejor a Celaya y proyectarla”.
El reto es mantener el dinamismo que ha caracterizado al Museo desde su inauguración.
“Se inauguró el 15 de abril y el 15 de mayo se tuvo la primera exposición temporal, con motivo del día Internacional de los museos, se integró un equipo de trabajo especializado y se fue desarrollando el esquema de trabajo, a tan solo un mes y medio se implementaron las actividades educativas, eventos musicales, de teatro, dinámicas para las familias, que le dio el dinamismo al Museo y que lo hizo atractivo para el público”.
“Una cualidad que tiene el Museo de Celaya es que es un museo muy pequeño, pero que permite trabajar bajo un óptica en la cual invitamos a la ciudadanía a que se acerque y nos preste objetos, si desean donarlos, para tener la posibilidad de que en las salas permanentes nosotros podamos estar cambiando de manera constante colecciones, brindándole a la gente la oportunidad de conocer objetos distintos o complementarios de los guiones temáticos que se tiene desarrollados en el Museo”.
Además puntualizó en el Museo se desarrollan exposiciones cada mes de colecciones que les han prestado para poder compartirlas y hasta la fecha sigue desarrollando una relación estrecha con la ciudadanía para poder continuar con su labor.
Un rico acervo
Hoy en día el Museo cuenta con 16 colecciones particulares que siguen mostrándose al público, y en los cuatro años ha tenido más de 80 mil visitantes.
Inició en 2010 con 360 objetos y actualmente cuenta con alrededor de 450 en sus salas permanentes.
“Se hablaba de que en 2013 más de mil 500 objetos se habían exhibido al público tanto en salas permanentes o temporales”, explicó Soldara.
Precisamente esa es otra de las características del Museo. Algunas de las donaciones de objetos que se exhiben son temporales, pero eso no ha representado ningún problema, pues las donaciones son constantes y con el trabajo de producción e investigación no se ha generado un hueco en las salas.
El 2013 marcó la primera ocasión que participaron en una Feria de Navidad, para lo que se creó todo un pabellón sobre la historia y tradiciones de la ciudad, algo que significó todo un reto y a la postro un logro y satisfacción por los resultados obtenidos, pues en 12 días desfilaron más de 72 mil personas por el pabellón, “sin ningún problema para el acervo, fue un trabajo del equipo muy arduo y comprometido”, resaltó el historiador.
Y destacó que los visitantes del Museo que realizan consultas específicas (en 2013 hubo más de 200) van desde niños de preescolar hasta post doctorados, por lo que la institución se ha convertido en un referente casi obligado.
Las raíces celayenses se transmiten
Algo fundamental es cómo el Museo ha destacado las raíces celayenses.
“La maestra Caiser Bagman, (exdirectora de exposiciones internacionales del Instituto Nacional de Historia y Antropología), siempre estuvo preocupada porque en el Museo se tuviera una sala dedicada a los barrios con la finalidad de reconocer las cualidades de los habitantes, sus herencias, tradiciones y propiciar que todo eso sea conocido”.
“Se desarrolló la sala, fue un rasgo único y característico de la propuesta de los museos que se estaban inaugurando en el País en ese año (2010)”.
Y es que para Soldara Luna un museo no sólo habla de la historia, sino además de sociedad, antropología y cultura como la expresión popular que se transmite de generación en generación.
Por eso destacó como uno de los logros del Museo la adquisición de 15 documentos que pertenecieron al arquitecto Francisco Eduardo Tresguerras, de gran importancia histórica y valía cultural para los habitantes de Celaya y la región.
“Era muy importante evitar que esos documentos, que yo llamo “Tesauros culturales” se dispersaran, es decir, que varias personas las adquirieran y fueran yéndose con varias personas a través de ventas o subastas, porque así se dispersa la cultura”.
Una de sus mayores satisfacciones ha sido ver en el primer Aniversario del Museo cómo a las afueras del Museo había una fila de personas con objetos que donarían.
“Eso te habla de una participación de la ciudadanía en el fortalecimiento de la institución”, por eso insiste en que el Museo de Celaya es ciudadano.
Para lograr esa participación fue esencial darle confianza a los celayenses para que tuvieran la certeza de que sus donaciones serían en provecho de la colectividad; cada objeto que reciben pasa por un proceso exhaustivo que incluye una investigación para determinar la valía cultural del objeto, su originalidad, su legal propiedad y su relación con el guión del Museo.
“Luego de ese largo proceso, se firman actas responsivas ante los donadores y se les da un recibo como comprobante de su donación”, puntualizó.