Aunque la velocidad de la lectura depende del conocimiento previo del tema, del nivel de vocabulario del lector y de la frecuencia con que se realice esta actividad, existen técnicas que mejoran su práctica.
Héctor Arbel, director del Instituto de Lectura Veloz, Estudio y Memoria, comenta que, si bien la velocidad de la lectura no es uniforme ni regular, a través de algunas acciones se puede perfeccionar. Conoce algunas recomendaciones que da este experto.
1) Reduce la vocalización lectora. Las personas están acostumbradas a que la lectura sea un procedimiento sonoro porque se enseña a leer en voz alta, pero lo mejor es no hacerlo y no mover los labios como si estuvieran pronunciando cada palabra.
2) Lee a un ritmo constante. Es necesario leer a la misma velocidad para no permitir que el cerebro encuentre alguna distracción.
3) Ejercita la memoria. Con base en la filosofía de que sin memoria no hay aprendizaje, se aconseja tratar de retener la mayor cantidad posible de información a través del repaso constante.
4) Analiza los textos. El conocimiento lo genera la estrategia de análisis y síntesis, por lo que al ir analizando lo que se lee, la lectura resulta más provechosa.
5) Lee consciente de tus objetivos. No hay que limitarse a leer y repetir, sino fijar metas de estudio para poder conseguirlas.
6) Interactúa con el texto. Realiza preguntas referentes al tema conforme vayas leyendo, para que puedas asegurarte de que la información te ha quedado clara.
7) Investiga las palabras que no entiendas. Si alguna no te queda clara búscala en un diccionario, porque la capacidad lectora dependen en gran parte del vocabulario que tengas.
8) Elige lugares tranquilos para leer. Procura que cuenten con suficiente luz natural, ventilación y que, de preferencia, no existan ruidos ni distractores.
9) Lee de forma constante. Procura hacer un repaso diario y no únicamente una noche antes de tu examen para que el proceso cognitivo de aprendizaje se logre.
10) comprende lo que lees. Una persona que lee por primera vez un tema, intuitivamente baja su ritmo lector. En estos casos no hay que preocuparse por la velocidad sino por la comprensión.