Cuba aprobó un nuevo paquete de medidas que flexibiliza la gestión de empresas estatales que controlan más del 80 por ciento de la economía nacional. Ahora tendrán mayor injerencia en la toma de decisiones, incluyendo su producción y la comercialización de sus bienes.
“(El) propósito fundamental es el de otorgar más independencia y autonomía a la empresa estatal socialista, de manera tal que esté en condiciones de ocupar el verdadero papel que le corresponde en el desarrollo de nuestra economía’’, dijo el periódico Granma.
Este nuevo paso fue anticipado el viernes por el vicepresidente Miguel Díaz-Canel, quien declaró que la isla entraría a la etapa “más compleja” de las reformas económicas, tras dictar en marzo una nueva Ley de Inversión Extranjera que concede beneficios tributarios a los capitales foráneos y establece que éstos no serán nacionalizados.
Las nuevas medidas, publicadas por la Gaceta Oficial, incluyen que las empresas puedan decidir, sin pedir permiso, vender a terceros o en el mercado los excedentes de lo que producen para cumplir con sus contratos estatales, a precios de oferta y demanda.
Con esto, las firmas podrán retener hasta 50 por ciento de las utilidades, después de impuestos, al cierre del año, lo que significa un 20 por ciento más que lo que hasta ahora les era posible reinvertir.

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