El desinterés de las autoridades mexicanas por proteger a los migrantes que cruzan el territorio nacional en busca del llamado “sueño americano” ha provocado una matanza que raya en el genocidio, advirtieron defensores de los derechos de los migrantes que participaron en la primera Jornada de Migración 2014.
El sacerdote Pedro Pantoja Arreola, coordinador de la Casa del Migrante en Saltillo, Coahuila, cuestionó a las autoridades mexicanas el no haber definido aún un mecanismo para proteger el caminar de los cientos de centroamericanos en su paso por el País.
Para el sacerdote, en el caso concreto de Coahuila, de matanza en matanza, el camino de la migración se ha convertido en un exterminio, que merece ser objeto de un juicio.
“Estamos hablando de un genocidio, por lo cual hay que llevar a juicio al Estado Mexicano; pero tenemos también la gran visión de este pueblo caminante, de esta revolución silenciosa, pretendemos recibir víctimas y que salgan de nuestra casa como nuevos sujetos sociales históricos”, sostuvo.
El sacerdote destacó el viacrucis del migrante realizado recientemente y que calificó como una rebelión histórica que expresa una nueva ciudadanía, itinerante, que obliga a luchar por su inserción social.
Durante el foro se cuestionó el trato, propio de animales, que se da a los migrantes centroamericanos por parte de un país visto como un hermano mayor.
Además de Pedro Pantoja, participaron en la Jornada de Migración, organizada por la Casa del Migrante González y Martínez de Tequisquiapan, Alejandro Solalinde Guerra y Fray Tomás González.