Más de 230 mil leoneses incumplieron el año pasado con la verificación de sus autos, pero menos del 4% fueron sancionados.
A pesar de que la verificación vehicular es obligatoria por Ley, las autoridades de Tránsito y de Medio Ambiente mantienen una actitud tolerante hacia los automovilistas que contaminan.
Las multas, en vez de incrementarse, han disminuido.
En todo 2012 Tránsito multó a 13 mil 928 conductores por no cumplir con la verificación vehicular, y en 2013 las sanciones se redujeron casi a la mitad, a 7 mil 903.
De un año a otro se aplicaron 43% menos multas a los automovilistas incumplidos.
“Tenemos que ser más efectivos”, reconoció el director de Tránsito Municipal, Hugo Solórzano.
La multa por incumplimiento al programa de verificación es de 956 pesos, que equivale a 15 días de salario mínimo.
Sin embargo, en octubre de 2013 se dio oportunidad a los conductores de pagar sólo 63 pesos de multa (equivalente a un salario mínimo) si acudían a verificar en los primeros 10 días hábiles, a partir de que se les levantó la boleta de infracción.
A pesar de estas facilidades, no hubo mucha respuesta de los conductores, aceptó el titular de Tránsito.
Según el registro de la Secretaría de Finanzas, en León hay un padrón de 394 mil vehículos, de los cuales sólo 164 mil fueron verificados en el segundo semestre de 2013.
Es decir, 230 mil unidades (equivalente al 58% del parque vehicular) se quedaron sin verificar.
La verificación vehicular consiste en un chequeo de la liberación de contaminantes, para reducirlos al menor nivel posible.
La revisión se realiza dos veces al año con un costo de 169 pesos. Si un vehiculo no pasa la verificación se le expide una hoja de rechazo con un margen de 15 días para que visite un mecánico y arregle la falla del auto.
Verificar por conciencia
Ana Carmen Aguilar, directora del Instituto de Ecología del Estado de Guanajuato, se deslindó de la aplicación de sanciones.
“Ya es facultad de los municipios el control y cobro de sus propias multas, porque esto se va a un fondo verde municipal”.
Explicó que el Instituto de Ecología tiene una labor normativa, y la vigilancia de que el programa de verificación se cumpla es competencia de los municipios.
“Es una medida de corrección. Antes no se multaba y de todas formas la gente no verificaba”.
Informó que en septiembre de 2013 se firmó un convenio con diversos municipios pertenecientes al corredor industrial, para que realicen revisiones permanentes a conductores y operativos anticorrupción en centros de verificación.
Sin embargo, a pesar del convenio, en ningún municipio del corredor industrial se alcanzó un cumplimiento de al menos el 60% en la verificación.
En Irapuato hay un padrón de 126 mil vehículos y sólo 51 mil verificaron (equivalente al 40%); en Salamanca hay 74 mil y los que cumplieron la verificación fueron 39 mil (equivale al 52%).
Celaya fue el que tuvo el más alto porcentaje, pues de 134 mil vehículos registrados, 79 mil fueron verificados (el 58%).
Millones de toneladasde contaminantes
El 60% de las emisiones totales de contaminación al aire en el estado son por los automóviles, confirmó la ambientalista Ana Carmen Aguilar.
De acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), cada auto emite en promedio 3 mil 450 kilos al año de CO2 (dióxido de carbono, el más abundante gas de efecto invernadero).
La dependencia federal estima que un automovilista recorre en promedio 15 mil kilómetros al año y la emisión de contaminantes varía de acuerdo con el rendimiento de gasolina.
Mientras mayor rendimiento tenga un auto, menor es la emisión de CO2.
La Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONAE) realizó pruebas de laboratorio en distintos vehículos y encontró diferencias notables en el rendimiento, que van desde 6 hasta 18 kilómetros por litro.
El estudio menciona que el rendimiento es mayor en carretera que en las ciudades, a una velocidad promedio de 90 kilómetros por hora.
Los conductores que le aprietan al acelerador, son más contaminantes.
“Un automóvil que circula a 110 kilómetros por hora consume alrededor de 20% más de combustible que si viajara a 90”, establece el estudio de la CONAE.
Acelerar rápidamente desde un alto consume hasta un 50% más gasolina en comparación con una aceleración gradual.
El mismo estudio advierte que un auto con un mantenimiento deficiente puede aumentar en un 30% el consumo de combustible.
La CONAE estableció en 10 kilómetros el rendimiento promedio por litro de cada vehículo.
Si cada auto recorre al año 15 mil kilómetros, su consumo de gasolina se estima en 1,500 litros (que equivale a un gasto anual de 18 mil 885 pesos).
Según el INECC, cada litro genera 2.3 kilos de CO2, por lo que las emisiones anuales de contaminantes por cada auto superan los 3 mil 450 kilos.
En conjunto, todo el parque vehicular de León genera miles de toneladas de CO2 al año, problema que se agrava con el incumplimiento de la verificación.

‘Las autoridades no apoyan’

Gabriel Fernández, quien tiene 14 años al frente del módulo LEN-37, se quejó de la falta de apoyo de las autoridades.
“Siempre nos han comentado en Medio Ambiente y Tránsito que habrá más publicidad para impulsar la verificación, pero la verdad es que no hay interés en el Gobierno”.
Mencionó que en la Asociación de Verificadores se ha planteado la posibilidad de que se establezca la verificación como un requisito para cumplir con trámites ante la Secretaría de Finanzas, para de esa forma obligar a los automovilistas a cumplir; sin embargo, esa medida no se ha aplicado.
Según su experiencia de más de una década, son pocos los conductores que acuden a verificar por conciencia ecológica. Muchos acuden sólo cuando los agentes de Tránsito los multan.
Su módulo atiende en promedio 650 autos al mes.
Josafat Benjamín Conteras, responsable del módulo LEN-17, coincidió en que falta interés de las autoridades para hacer cumplir el programa de verificación.
“Si hubiera más operativos tal vez la gente lo tuviera más presente y se haría responsable, pero pareciera que a las autoridades no hacen nada, y Medio Ambiente es el que debe presionar más por la contaminación”, expresó Benjamín, quien es responsable del módulo desde el 2007.
Carlos Macías, jefe de piso del módulo LEN-062, dijo que hay apatía de los conductores para cumplir con la verificación.
Mencionó que a él le consta que no acuden a verificar ni con regalos.
Por ejemplo, de cada 100 volantes que repartió en avenidas de la ciudad para ofrecer la verificación con un lavado de auto gratis, sólo una persona acudió a aprovechar la promoción.
Coincidió en que si las autoridades apoyaran en establecer la verificación como un requisito para obtener la tarjeta de circulación, todos los conductores cumplirían.
Iván Jasso González, verificador del centro LEN-71, dijo que de cada 10 autos que le toca revisar, dos no pasan la prueba.
A pesar de las facilidades que se les otorgan para que en 15 días realicen otra prueba de verificación sin costo, los automovilistas no regresan, porque no quieren gastar en la afinación y en la revisión mecánica del auto. En síntesis: prefieren contaminar.

Trafican calcomanías

Jaime tiene una camioneta modelo 85 que en dos ocasiones no pasó la verificación, por tener fallas mecánicas.
Ante el riesgo de ser infraccionado, decidió comprar en forma clandestina una calcomanía de verificación.
Uno de sus amigos le comentó que él podría ayudarle, que sólo le diera la tarjeta de circulación. Jaime accedió y en cuestión de horas su camioneta estaba de regreso, ya con la calcomanía que acreditaba la verificación del primer semestre.
Su amigo ‘el coyote’ o gestor se dedica a vender en forma clandestina calcomanías de verificación.
“Llevó sabe cuántas tarjetas de circulación y cobraba por eso; a mí me costó 240. Donde quiera hay”.
Aseguró que directamente un agente de Tránsito le ofreció la calcomanía por 220 pesos, pero no accedió porque previamente ya la había comprado.

‘Tránsito no dice nada’

Los conductores tienen muchos pretextos para no verificar.
“La verdad he hecho desidia”, reconoció Jesús Antonio Llano, quien desde hace un año no verifica su camioneta Chevrolet pick up, modelo 96, la cual tiene en venta.
“Ya la traigo amarrada y pues he dejado la verificación para quien la compre”.
Martín Gutiérrez tiene tres camionetas, y ninguna tiene la verificación.
“La verdad uno se confía, como Tránsito no dice nada, pero sí anda uno con pendiente porque la multa está carita”.
El conductor aceptó que hace falta más presión del Municipio, ya que la gente se confía y no le da el interés que se debe tener al tema de la contaminación.
Con una camioneta color guinda del año 87, Iván sabe que para pasar la verificación antes tiene que pagar un mecánico, así que prefiere no gastar.
“Hay muchos inconvenientes con los que verifican, aparentemente el mecánico te la deja bien, pero al momento en que tienes que verificar no pasa”.
Otro ciudadano consultado, dueño de una Suburban modelo 84, prefiere arriesgarse a que lo multen.
“Por desidia, por falta de tiempo, porque supuestamente a veces uno cree que son tantos los requisitos, que a veces uno no va, porque de todos modos no pasa, y mejor esperar a que lo agarren”.
Desde hace dos años, Fernando López no lleva su camioneta Escape 2002 a verificar, porque sólo la utiliza en forma esporádica.
“Sólo cuando salgo fuera de León agarro mi camioneta y pues como la traigo bien que no me saca humo, pues fui dejando de verificar, aparte que ni tiempo tengo”.

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *