El Banco Central Europeo no alteró el jueves su tasa básica y la mantuvo en el nivel récord mínimo del 0,25%, al sugerir las estadísticas económicas que la recuperación de los 18 países de la eurozona está cobrando impulso.
Los 24 miembros del banco encargados de la valoración de las tasas no adoptaron igualmente otros tipos de estímulo en su reunión del jueves.
El presidente del BCE Mario Draghi dijo que la máxima autoridad monetaria de la eurozona “no se resigna” a una inflación demasiado baja y dejó abierta la posibilidad de adoptar medidas en su reunión de junio.
El comité de tasas del BCE no adoptó el jueves medida alguna. Empero, Draghi mencionó en varias ocasiones que el consejo dispondrá de nuevos pronósticos en junio elaborados por su personal técnico para respaldar sus decisiones.
El banquero insistió que el consejo de 24 miembros está “insatisfecho con las proyecciones de inflación” y “no está resignado a tener una inflación demasiado baja por un tiempo excesivo”.
Una reducción de la tasa podría dar un modesto impulso al crecimiento al abaratar el precio del dinero a los bancos y consumidores. Además, podría ayudar a bajar la cotización del euro, que se encuentra cerca de su mejor cotización en dos años y medio ante el dólar, a unos 1,39 dólares. Un euro más barato fomentaría las exportaciones y avivaría la inflación, que con el 0,7% se encuentra muy por debajo del 2% fijado por el banco como objetivo.
Los sondeos y otros indicadores sugieren que la economía se encuentra en vías de recuperación. La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea, pronosticó para este año un crecimiento del 1,2% aunque la inflación seguirá siendo muy baja por algún tiempo.
La baja inflación hace más difícil que los consumidores y los gobiernos puedan reducir sus deudas. Hubo además temores sobre una deflación, una prolongada baja de los precios que puede minar el crecimiento al impulsar a los consumidores a retrasar sus adquisiciones con la esperanza de mejores precios.