Las armas más fuertes en la delantera de ambos equipos terminaron en blanco en la primera mitad de las semifinales.
Por parte del León, Mauro Boselli tuvo la más clara al comienzo de la primera mitad, que terminó por impactar el balón en la cara de Alfredo Talavera, portero del Toluca.
Esta jugada es la que a la postre causaría la salida del arquero mexicano para que en su lugar entrada César “El Chícharo” Lozano, que al menos en tres ocasiones evitó el segundo gol de los Esmeraldas.
Boselli sufrió al no encontrar un aliado que le permitiera hacer más daño, por lo que las pelotas que encontró fueron por entradas por los costados con gente como “Chema” Cárdenas y Eisner Loboa, en la mayor parte invadido por la marea roja que lo cerró desde el comienzo del juego.
Otra alternativa que tuvo el argentino, igual de poco exitosa, fueron los pases filtrado de Luis Montes y Carlos Peña.
En lo que refiere a Pablo Velázquez, el delantero de los visitantes sigue sin regresar a ese nivel de matón del área, la mayor parte de las ocasiones de peligro generadas por Toluca fueron por medio de Édgar Benítez y Gabriel Velasco, no del paraguayo.
Por grandes lapsos del juego el delantero se perdió en el campo estando lejos de ese nivel que lo llevo a ser campeón goleador en su primer torneo con Toluca, recién el semestre pasado.
Para la Vuelta, ambos atacantes repetirán como titulares, pues su condición de “matones” del área los convierte en jugadores que convierten cualquier oportunidad.

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